Capítulo 6: Confusión.

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Viktoria Románova

Todo salió como lo esperaba, aunque acepte un trato con Amin que después de la gala me perderé de su radar porque yo no seré su esposa.

- ¿Dónde estabas? - preguntó Gregory, estaba como si lo hubieran poseído solo porque dure tres días fuera de la casa...

- Viajando - dije tranquila, la verdad es que me quedé en el palacio solo para que Amin creyera que sí lo había aceptado.

- ¡CON QUE AHORA VIAJAS SOLO PORQUE TE DIÓ LA MALDITA GANA! - creo que la cagué ¿No?

La vena de su frente palpitaba, su nariz estaba roja al igual que su cuello por la rabia y su camisa tenía labial rojo en el cuello que estaba fuera de su pantalón, que traía el cinturón desabrochado, ¿Estaba follando?.

- ¿Qué estabas haciendo? - pregunté cautelosa, caminado por su oficina de la empresa, porque me dieron ganas de llegar directo aquí al edificio para ver si aún vivía el susodicho.

- ¿NO ME CAMBIES EL MALDITO TEMA? - gritó, yo estaba aún dando vuelta en la oficina.

- Bien, entonces no tenemos nada que hablar - dije, caminando cerca del baño de su oficina.

- Bien lárgate - escupió y abrí la puerta del baño.

- Oh, una chiquilla - dije sorprendida, mirando a la chica que ni siquiera llegaba a los veinte. Desde que llegué sabía que ella estaba ahí, por su respiración agitada que se escuchaba muy obvia.

- ¡LARGO! - me gruñó y lo ignore.

- ¿Cuántos años tienes niña? - pregunté, Gregory gritaba pero lo ignoraba.

- Acabo de cumplir dieciocho señora - bajó la cabeza con vergüenza.

- Recoge tus cosas porque estás despedida - le ordene y se fue huyendo de la oficina. -, que sucio - le dije y él dio grandes pasos en mi dirección.

- ¿Un sucio? - sus manos se posaron en mi cintura y me empujó contra el cristal, «¡¿qué manía tiene este hombre con pegarme a los cristales?!»

- Sí, como te vas a follar a esa niña, eres un maldito depravado - le pegué en el pecho, para salir de su agarre pero era imposible porque él obviamente es mucho más fuerte que yo, agarró mis manos de un movimiento hábil y la sostuvo arriba de mi cabeza.

- Quizás si, quizás no - su nariz estaba en una parte sensible de mi cuello - ella quería y yo solo le hice el favor.

- Suéltame, suéltame ya - chille es un cínico descarado, después de que se acostó conmigo viene a engañarme con la secretaria.

- ¿En dónde estabas metida? - siseo, su nariz estaba en mi cabello y... Espera ¿Me está oliendo?.

- Tu no me dices a dónde vas y yo tampoco tengo que decirte - respondí, su mirada era fría e intimidante.

- Doblada ahora, en el escritorio - ordenó y quedé atónita, «¡¿Me está dando órdenes?!»

- ¿Qué te sucede? Eres un infeliz de mierda - grité y me liberé de su agarre, me volvio a agarrar y le pegué en su entrepierna, me dolió más a mi que a él, porque su amigo no merecía esa patada.

Huí de la oficina y baje por el ascensor, que iba lento ¡Santo Cristo, es una Maldita mierda!. Al salir del ascensor estaba rodeada de hombres y Gregory estaba también, «¡¿Cómo llegó tan rápido?!».

- ¿Quieres que te haga una escena aquí en el edificio? - sisee en inglés, para que las personas que habían no entendieran.

- Hazlo - dijo en nuestra lengua natal.

El Boss [UR 01]Where stories live. Discover now