VIII.

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Luna Páez

Estábamos otra vez todos en el jardín pero mi mente seguía en mi habitación, seguía pensando en lo que había pasado. El beso, ese beso que esperaba con ansias, ese beso que me aclaro toda mi mente, ya que cuando nuestros labios se juntaron sentí algo que nunca había sentido en ningún otro beso. Se me quito esa parte de que seguía teniendo dudas de si realmente estaba enamorada, después de eso supe que lo estaba y que lo único que quería era estar con el canario.  Por otra parte, todavía no asimilaba que el me dijera que todo era mutuo, Pedro González estaba enamorada de mi, no sabéis lo feliz que era poder decir eso.

Estuvimos bailando y bebiendo, bueno bebiendo solo Sira y yo, ya que los chicos no podían beber. No se cuantas copas de vino llevaba, pero supuse que muchas, ya que mi hermano y Pedri insisten en que parara de beber, y por que casi me lanzo al canario delante de todos. No se por que casi lo hice, supongo que por que nuestras miradas no se separaban en ningún momento, bueno y por que iba un poco feliciana se podría decir.

Ya se había hecho muy tarde, y encima a la mañana había entrenamiento, así que nos despedimos de todos, menos Fer y Pedri que se quedaran en casa, y los chicos se fueron a sus casa. Volvimos los cuatro al jardín para recoger todo pero yo aunque era consciente de lo que hacía, mi estabilidad no era la mejor y me estaba chocando con todo.

- Enana es mejor que te subas a la cama- me dijo mi hermano viniendo hacia mi

- Si, yo también lo creo- le respondí riendo y haciendo reír a los tres chicos que tenía al lado

- Ten claro, que es la primera y última vez que bebes tanto estando yo delante- me dijo Pablo sin aguantarse la risa

- No eres papá- le dije y intente darle un puñetazo suave de broma pero se apartó haciendo que me empezara a caer, hasta que sentí como alguien me agarraba por detrás

- Anda te acompaño a arriba- me dijo el canario mientras que me agarraba la cintura, y aunque iba un poco bebida pude ver en las mirada de nuestros hermanos que estaban sospechando en que algo había pasado entre nosotros

- Ir todos, yo me quedo limpiando esto- dijo mi hermano sin quitarme la mirada de un segundo

- Que Pedri acompañe a Luna, yo me quedo limpiando contigo-dijo Fer mirando a Pedri el cual seguía sujetándome de la cintura

- ¿Seguro? Luego bajo a ayudaros- respondió el canario a mi espalda

- Que va, tranquilo suficiente tienes con subir a mi hermana- dijo Pablo haciendo que todos se rieron menos yo

- No tiene gracia- respondí yo picada

- Si la tiene, morena- me dijo al oído Pedri

- Bueno chicos, me voy a dormir- dije haciendo que soltara mi cintura, ya que sabía que iba a darle un abrazo a mi hermano

- Ni una tontería allí arriba- me dijo odio y me dio un beso en la frente. La verdad es que me sorprendí cuando me lo dijo pero no lo tuve mucho en cuenta

- Buenas noches Fer- le dije dándole otro abrazo

- Buenas noches Luna- me respondió el

Pedri y yo empezamos a ir a mi habitación, estábamos yendo normal hasta que comenzamos a subir las escaleras y se dio cuenta que nuestros hermanos no nos veían, entonces, estiró su mano hasta que logró agarrar la mía. Parecía una niña después de que le dieran una piruleta enorme, estaba con una sonrisa enorme, sin creer que iba dada de la mano con el.  Esa sonrisa duró lo mismo que nosotros subiendo las escaleras, ya que el canario tuvo que abrir la boca. El canario me dio las buenas noches pero inmediatamente se dio cuenta que algo no me gusto, me pregunto que pasaba y le dije que quería que se quedara conmigo aunque sea un rato. El insistía que estaba borracha y que necesitaba irme a dormir ya, pero yo le insistía en que se quedara un rato y que luego fuera a dormir con su hermano al cuarto de invitados. Gracias a mi insistencia, Pedri aceptó pero sabía que lo quería aceptar desde el principio, pero como es tan bueno no aceptaba porque quería que me fuera a descansar y si venía el no lo iba a hacer.

Mis fotografías favoritas [Pedri González]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora