XIV.

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Luna Páez

Pedri me había llevado a nuestro lugar, el trayecto se me hizo un poco incómodo, estaba todo el rato sin saber si debía decir algo o no, pero opté por no decir nada de nada y él hizo lo mismo, lo único que se escucha en el coche eran las canciones de Quevedo. Al bajar del coche fui directa a mirar las vistas, sin nisiquiera mirar si el me seguía, las vistas me relajaban y lo que más necesitaba en ese momento era relax. A los pocos segundos noté una presencia poniéndose a mi lado, entonces mire, nuestras miradas se cruzaron como la última vez que habíamos hablado pero esta vez era diferente, esta vez mostraban desesperación, estábamos desesperados, nos necesitábamos uno al otro.

- Fui un idiota- me dijo rompiendo el silencio que llevaba todo el camino acompañandonos
- Un imbécil diría yo- le respondí y él no pudo aguantar esa risa que me volvía loca
- Lo siento mucho, Luna. No sabes cuanto lo siento- me respondió él con los ojos humedecidos
- ¿Por qué?¿Por qué me dijiste eso?- le pregunté con la voz entrecortada, logrando que viera que me dolio mas sus palabras que cualquier otra cosa
- No pensé- me respondió intentando darme la mano pero la aparte antes que lo pudiera hacer
- Esa respuesta no me vale, Pedro- le dije yo con un tono de voz más serio
- La situación me había sobre pasado y cuando vi a Liam allí, solo sentía celos- me dijo el quitándome la mirada y mirando a las vistas, supe que lo hacía porque veía el dolor en mis ojos, el siempre sabia cuando estaba bien y cuando no
- ¿Por? Es mi mejor amigo- le dije yo moviendo suavemente la cara para que me volviera a mirar
- No me fui de el- me dijo sin pensárselo ni un segundo
- No lo entiendo. Es el único que me cuida y que me ha demostrado que solo quieres una amistad- le dije yo intentando entender
- Lo se, pero por mucho que me lo intente meter en la cabeza, solo pienso que es como un enemigo- me respondió haciéndome ver que lo que yo pensaba era cierto 
- Tienes que intentar ver la realidad, yo nunca he hecho ver todo lo que tu cabeza se imagina- le dije y le agarre la mano como había intentado hacer el
- Voy ha hacer todo lo necesario, Luna te necesito, necesito que me perdones- me dijo mientras que notaba que sus manos empezaban a sudar y temblar. Yo me quede callada sin saber qué decir, entonces él añadió- Te lo dije y te lo diré siempre, estoy enamorado de ti Luna Páez Gavira

Empecé a sentir un zarandeo y a escuchar mi nombre cada vez más fuerte. Abrí los ojos, logrando ver a mi hermano frente a mi cama, pero también logré saber que todo había sido un maldito sueño. Todo estaba igual, bueno igual no, peor, Pedri parecía un auténtico fantasma para el mundo entero. No llevaba ni a mi hermano a los entrenamientos, por lo que había dicho Pablo, no hablaba con nadie, ni con el que era su mejor amigo. Estaba bastante preocupada por él, pero también por nosotros, antes de que volviera ya estaba convencida de que todo se iba a arreglar pero ahora, ahora no tenía ni una pizca de fé en ello.

- Felices 18 enana- me dijo mi hermano con una sonrisa enorme mientras que se tiraba en mi cama a molestarme
- Felices 18 a ti tambien Pablito- le dije entonces el se acerco a mi y me dio su especial beso en la frente
- Lo siento por despertar pero es que si no llegamos tarde al entrenamiento- me dijo
- Tranquilo, no quiero cagarla mas- le dije riendome
- ¿Nos lleva Pedri?- le pregunté con la poco esperanza de que viniera por ser nuestro cumpleaños. Mi hermano se sorprendió al escuchar la pregunta pero antes de que me respondiera supe que la respuesta no me iba a gustar
- Nos recoge Ansu. Con Pedri ni he hablado- me dijo haciendo que mi corazón sintiera un pequeño parón
- ¿No has hablado con él?¿No te ha felicitado?- le pregunté extrañada
- No, ya sabes como esta estos dias- me respondió desanimado
- ¿Pero va a celebrar el cumple contigo?- le pregunté preocupada. Pablo y yo habíamos decidido por cómo está el panorama, pasar el cumple separados, él con los chicos de club en casa y yo con Liam pues asaber donde
- Si, me lo confirmó en el entrenamiento de ayer- me dijo haciendo que sintiera un enorme alivio
- Bien. ¿Bajamos a desayunar?- le dije ya que como siguieramos hablando del canario, yo iba a acabar mal
- Si, vamos- me dijo levantandose de la cama con una sonrisa

Mis fotografías favoritas [Pedri González]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora