Mis fotografías favoritas [Pedri González]

XLII.

Luna Páez

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3 DE DICIEMBRE

Hoy por fin es el día libre de los chicos, mi día se va a resumir en no pisar el hotel. En nada me voy con mi hermano a pasar la mañana fuera, luego comeré con Pedro, pasaré la tarde con él y para terminar, nos vamos Pablo, Pedro, Ferran, Ansu, Erik, Balde y yo a tomar algo y cenar fuera.

Liam, no se nada de él, literalmente nada, no le llegan los mensajes, el móvil da apagado al llamarlo, no hay hora que no intente contactar con él, pero no tengo ningún resultado a cambio. Mi mente se pasa todo el día pensando en el, en como estara, en que estara haciendo, pero nos preguntas sin respuestas. Tanto mi hermano, como Pedro, me insisten que esté tranquila, pero, ¿COMO COÑO VOY A ESTAR TRANQUILA?. Si, finalmente acabe contando al canario, total me iba a ver mal estos días iba a terminar contandoselo, así que se lo dije exactamente como fue. La respuesta a todas las acusaciones de mi mejor amigo fueron el silencio, optó por guardarse todo lo que pasaba en ese momento por su cabeza. Sin embargo, Pablo no guardó nada, el estaba de acuerdo en todos los puntos con Liam, pero su forma de decirlo era diferente, no iba a atacar y aunque le diera la razón, no le echaba tanta culpa a Pedro, entendible, teniendo en cuenta que es su mejor amigo.

Ya que estoy hablando de el canario, pues tendré que hablar de cómo nos va. La verdad es que es un poco raro, estamos bien, no hay discusiones, no hay problemas, pero hay algo, algo que no puedo explicar, es como incomodidad. Desde su escena de celos, empezó todo eso,  pero intento no pensar mucho en eso, mi mente está en otras cosas y la suya está en los octavos que se juegan en tan solo tres días. Dijimos empezar de cero, ir despacio, pero no ha sido así, estábamos dando pasos de gigantes, así que la parte buena de todo esto, es que nos está haciendo ir con calma. Como he dicho antes, despues ire a comer y a pasar la tarde con el, no puedo decir que no estoy nerviosa, aparte por que fin vamos a estar en un sitio que no sean nueve metros cuadrados, también es por que al no estar en esos nueve metros cuadrados, la gente nos puede ver, bueno, nos puede no, nos van a ver y ya se como acaba eso.

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Cerré mi diario, lo metí en la mesilla y me fui a dar una rápida ducha fría. Mientras que ese chorro frío recorría todo mi cuerpo, solo pensaba, que la música se parase, mi tono de llamada empezará a sonar y que mi móvil me indicase que Liam me estaba llamando, pero sabía que no iba a pasar. Acabe sentada abrazando mis piernas, mientras que las lágrimas empezaban a caer. Se suponía que este viaje iba a ser genial, iba a estar volver a estar con mi mejor amigo el que no veía desde que se había mudado, Pedro y yo habíamos vuelto a empezar, iba a ver a mi hermano, a mis amigos, al chico que me gustaba, cumpliendo un sueño, jugando un maldito mundial, pero ahora Liam se había ido por mi culpa, volvian comportamientos que odiaba del canario, encima, los chicos empezaron genial con un 7-0, sin embargo, luego vino un empate y para terminar una derrota.

Me acabo de preparar y baje a la entrada principal del hotel donde me esperaba mi hermano. No me quiso decir a donde me llevaba pero me obligó a subirme a un taxi. Acabamos en un pequeño desierto dando un paseo en camello. Él sabía que desde pequeñita siempre había querido montar en camello, él sabía que eso me iba a animar un poco tras estos días. Fue increíble, una experiencia única, tan única que casi se me mata mi hermano, con la pelota muy bien pero con el camello, mejor ni pensarlo. Tras ese caluroso paseo por ese desierto, fuimos a tomarnos unos zumos refrescantes. Estuvimos hablando, pero nada de Liam, nada de Pedro, estuvimos hablando de nosotros. Pablo iba a comer y pasar la tarde con nuestros padres, así que, le desee suerte, le hice que me prometiera que no iba a decir nada de lo de mi mejor amigo y nos despedimos.  Cuando se fue, saqué el móvil y volví a mirar si al menos le habían llegado los mensajes a Liam.