En ocasiones te das cuenta que la persona a quien amas, es esa que estuvo cercanamente lejos.
Bella sabía perfectamente a quién quería, pero estaba claro que no podía dejarse llevar por sus sentimientos.
Y el inesperado acercamiento de Jasper Hale...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Bella Swan
―¿Ya me vas a decir que sucede contigo, Emma?
Realmente me hallaba preocupada por ella, lleva días en los que parece la misma de siempre, otros en los que se enferma o siente mal de manera repentina, pero no habla conmigo de sus problemas.
―No me sucede nada de lo que tengas que preocuparte, Bells.
―Emma, por favor.
―Mira, Bella ―ella se sienta en la cama junto a mí―. Eres una persona que siempre se ha preocupado por todos, aún si no sabes como demostrarlo, tratas de que sepan que estás para ellos, y es algo que me encanta de ti.
Sonrío levemente ante sus palabras, pero le arruino su momento.
―Sigues sin decirme que te pasa.
―Aún no termino, Bella ―me pega con una blusa en el brazo―. Pero esa preocupación hace que te descuides, que no veas por ti.
―No es cier...
―Es verdad. Un ejemplo es tu madre. Sé que la quieres ―alza sus manos y luego las baja―, pero siempre parecías como su mamá, cuidando que no olvidara nada, que esto, que aquello, y no veías por ti. Así que, ahora quiero que dejes de preocuparte tanto por los demás, sé un poquito egoísta, que no es tan malo, y vive.
Abrí la boca para decir algo, pero ella volvió a hablar, impidiendo que lo hiciera.
―Y yo estoy bien. Si me pasa algo, te lo diré.
―¿Lo prometes?
―Prometo decírtelo cuando lo crea necesario ―estira su dedo meñique y yo hice lo mismo para entrelazarlos, cerrando la promesa―. Y... ¿estás lista para tu viaje?
Sacudo la cabeza
―No en realidad ―dije―, emocionada, nerviosa, pero no estoy preparada para ir sola con Jasper.
―Todo irá bien, ¿qué tal si en el viaje te dice que está enamorado de ti?
―Callate, Emma ―suelta una risa y me ve con sorpresa.
―¡Ay, pero si te has puesto como un tomate!―rodé los ojos y le di un empujón que casi la tira de la cama.
―Bien, bien ―alza sus manos en seña de rendición―. Debemos apurarnos que yo también tengo que hacer una maleta.
―¿También te vas? ―inquiero con confusión.
―El idiota de Edward ha insistido ―pone los ojos en blanco―. Pero creo que es bueno, iré a Nueva York, tengo que hacer unas visitas.
―¿Y qué pasa entre Edward y tú? ―pregunto de la manera mas casual que puedo, doblando una prenda de ropa sin voltear a verla.
