En ocasiones te das cuenta que la persona a quien amas, es esa que estuvo cercanamente lejos.
Bella sabía perfectamente a quién quería, pero estaba claro que no podía dejarse llevar por sus sentimientos.
Y el inesperado acercamiento de Jasper Hale...
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Llegué al instituto, de nuevo en mi camión, ya que Emma había dicho que llegaría después.
No quise indagar mucho en el asunto, solo me dijo que tenía que hablar con la encargada de una fundación. Tampoco presté mucha atención debido a que Jasper llamó lo suficientemente temprano, preguntando si me gustaría que pasara a mi casa por mí.
Y hubiese aceptado, en serio que lo iba a hacer. Pero recordé que Jacob quería hablar conmigo, y no quería que existiese ningún conflicto entre mi mejor amigo y mi novio.
También estaba el hecho de los nervios que sentía cuando los demás se den cuenta de que Jasper y yo estamos juntos.
Sacudí mi cabeza para quitar mis pensamientos negativos y solo dejar los positivos. Un pensamiento positivo; Jasper quería traerme al instituto.
De solo pensar en eso, mi corazón parece no poder controlarse, aunque realmente es inevitable no sentirse nerviosa si estás cerca o piensas en Jasper Hale.
Bajé del camión, dispuesta a esperar a Jacob, aunque él no tardó mucho en hacer acto de aparición.
Me cubrí con mi abrigo cuando unas gotas de lluvia comenzaron a caer. El escenario y el silencio de Jacob eran muy perfectos para una escena melodramática.
—Jacob —le llamé, esperando que reaccione—. ¿Estás bien?
Él negó unos segundos para después mirarme, sin embargo, no tenía el rostro serio como hubiese imaginado, en lugar, mostraba una gran sonrisa.
Nunca lo había visto tan sonriente como ahora, y eso que Jacob siempre sonríe, pero esta vez, su sonrisa y ojos transmitían una felicidad inigualable.
Si Jasper estuviera conmigo, él solo me confirmaría las emociones del moreno frente a mí.
—Nunca he estado mejor, Bella —sonreí, aunque tampoco podía ocultar mi confusión.
Todo el fin de semana Jacob llamaba a casa, esperando hablar conmigo y, ahora, no entendía nada, porque él no me explicaba nada.
—Jake, no entiendo nada de lo que dices, pero me alegro que estés bien.
—No tiene mucho sentido lo que te voy a decir, realmente es algo nuevo y no era posible hasta ahora —su misterio me ponía muy nerviosa—. ¿Recuerdas cuando te hablé de la imprimación? —asentí—. Encontré a mi impronta.
Abrí mi boca con asombro. Jacob ha encontrado a su impronta. Eso sin duda me alegró, pero la curiosidad por saber quién es, fue mayor que yo, por lo que no pude evitar preguntar.
—¿Quién es?
Mi respuesta quedó clara y el asombro se apoderó una vez más de mi cuerpo cuando un menudo cuerpo lo abrazó, y mi mejor amigo correspondió al abrazo de manera tranquila, dejando un beso en su frente.
