eleven

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Mónaco, Mónaco
27 de mayo 2022

La semana pasó rápido y apenas vi a Pierre porque estaba ocupado. Me decepcionó un poco, pero algo me dice que está planeando algo. Bueno, por supuesto que lo era.

El viernes llegó más rápido de lo que imaginaba, hoy sería mi primer día como suplente de mi padre. El no pudo viajar a Mónaco así que lo relevaré yo.

Camine hasta encontrarme con los pilotos.

— George y Lewis, Buenos días. — les sonreí a ambos.

Ambos me respondieron de igual forma. Caminamos hasta llegar a cada uno de nuestros autos.

Subí a mi auto, pero al intentar prender este no ocurría nada. Baje a verificar cual era el problema de este.

No parecía haber nada.

— Quiere me ayuda señorita Wolff. — la voz de George a mis espaldas como ya era de costumbre en el.

— Pues creo que si. — lo mire.

Este fue a intentar encender el auto pero igual no ocurría nada. En el mejor momento te vienes a dañar. Pensé.

— Lucie, creo que lo tendrás que llevar a reparar, claramente no va a encender. — este se bajo del auto. — Si quieres te llevo hasta el paddock.

— No mejor le pido el auto a Toto, no quiero incomodar. — le dije.

— Ambos sabemos que no me incomodas Lucie. — se acercó hasta mi, invadiendo mi espacio personal.

— Bueno si tanto insistes. — le dije regalándole una sonrisa.

Este me llevo hasta su auto.

Tal cual como él su auto olía aquella fragancia deliciosa.

Este empezó a conducir en camino a el paddock. En la carretera visualicé el Mercedes de Hamilton.

— Hamilton no va tan lejos de nosotros. — este sonrió de lado. — antes de un buen entrenamiento necesitamos calentar motores no es así.

Este se acercó al auto de Lewis.

Bajo el ventanal haciéndole señas a Lewis.

— Corramos. — le grito Russell a Hamilton.

Este solo alzó los pulgares en respuesta. Después de eso George fue subiendo la velocidad del Mercedes. Mi espalda se pego al respaldar del asiento.

— Emocionante no?. — este me guiño el ojo.

No tenía respuesta alguna, tal vez si tenía un poco de miedo pero la adrenalina era más, tener a los dos pilotos de mercedes corriendo por una carretera era algo de maravilla.

Ni en mis mejores sueños sucedería esto.

Después de aquellas carreras habíamos llegado al paddock, había mucha prensa por doquier. Pensé en cómo me bajaría de aquel auto sin que la prensa me viera y empezara a especular cosa o peor aun Netflix.

Sabía que Mónaco era una de las carreras más solicitadas.

— Lucie, llegamos. — avisó George, para luego bajarse del auto y caminar hasta la puerta del copiloto y abrirla.

Yo salí intentando no ser vista por ninguna cámara. Por suerte fue así.

Rápidamente ingrese hasta el paddock donde se encontraban Carlos y Lando, los cuales al verme caminaron rápidamente a mi.

— Hola Lu. — recibí un abrazo por parte de Lando.

— Niñita. — dijo Carlos. — Parece que una ventisca de aire allá arrasado con tu cabellera.

-𝐓𝐄𝐍𝐓𝐀𝐍𝐃𝐎𝐌𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora