forty-five

3.4K 256 15
                                    

Contenido SMUT ⚠️

POV'S GEORGE

Había hecho un montón de buenos recuerdos. Muchos momentos inolvidables. Pero en el que me follo a Lucie podría haber sido mi favorito de todos los tiempos.

Mis manos se clavaban en sus caderas, manteniéndola quieta cuando me deslicé en su coño una vez más. Estaba tan increíblemente húmeda, tan jodidamente cálida y... todo lo que había estado anhelando todo este tiempo atrás. Pasé una mano por su espalda, deteniéndome en el lunar en la nuca. Eran hermosos todos los lunares en su piel, me incliné hacia adelante para darle un beso.

"Quien diría que me terminaría follando a la ex novia de uno de mis compañeros de la parrilla que es la hija de mi jefe"

Que maravilla George Russell, que maravilla.

Lucie se estremeció, su cuerpo colapsó sobre el colchón. Me apresuré a deslizar mi mano alrededor del vientre, poniéndola de rodillas y ella dejó escapar un suave gruñido. Gemí, mi cabeza cayendo hacia atrás debido al puro y devastador placer que resonaba a través de mí.

Debo haber estado soñando.

Se sentía como un sueño.

—George- gimió Lucie.

Hice una pausa.

—Mírame— le dije en voz baja, girando su cabeza para poder ver su rostro.—¿Estás bien? ¿Quieres parar?—Pregunté, apartando sus cabellos ondulados que estaban esparcidos por todo su rostro.

¡¿Estás jodidamente loco?!—jadeó, frunciéndome el ceño como si acabara de decir la cosa más ofensiva del mundo.

Oh.

Probablemente fue algo bueno. Porque no había terminado de desahogarme.

Su pequeño truco me había dejado un lío inusual de súplicas y súplicas, completamente fuera de lo común, pero joder, estaría mintiendo si dijera que no disfruté que me sometiera a ella. Era algo nuevo, una novedad que recordaría para siempre. Pero era mi turno, y había terminado de dejarla estar en el asiento del conductor.

No aprecié su mentira. Ni un poco.

—Bien—gruñí, sosteniendo los lados de su cintura cuando empujé dentro de ella una vez más. Lucie gimió, empujándose fuera de la cama y poniéndose de rodillas. Su espalda se encontró con mi frente, y luego torció su mitad superior y envolvió un brazo alrededor de mi nuca. Dirigió mis labios a los suyos, besándome fuerte antes de empujar su lengua contra la mía. Nuestro beso fue desordenado, áspero y falto de paciencia. Se sentía bien y cerré los ojos cuando le mordí el labio.

Envolví un brazo alrededor de ella, alcanzando entre sus piernas donde encontré su clítoris. Cuando comencé a hacer círculos con las yemas de mis dedos, ella comenzó a retorcerse en mi agarre. Sus gemidos se hicieron más fuertes, e incluso entonces, no dejó de besarme.

Oh, joder- ella respiró, rodeando su mano alrededor de mi muñeca en un intento de alejarme.

—Necesito una palabra de seguridad tuya, bellissima—mi voz tembló, y sentí que me jalaba el labio inferior entre los dientes antes de calmar el escozor con la lengua. Mierda. ¿Cómo podía sentirse así un beso? Me hizo querer follarla más fuerte de lo que ya lo estaba haciendo.

Mercy—murmuró, golpeando sus caderas contra mí. Su cabeza cayó hacia atrás sobre mi hombro, y lancé besos a lo largo del costado de su cuello. Su elección de una palabra segura me hizo sonreír contra su piel.

Moví mis caderas, deslizándome dentro y fuera de ella a un ritmo que ella luchaba por seguir. Tenía las mejillas sonrosadas y los labios hinchados. Tan hermosa. Sus bruscas inhalaciones me mostraron que rápidamente se estaba sintiendo abrumada con mis dedos que nunca dejaban su sensible clítoris. Podía sentirla palpitar a mi alrededor, y golpeé ese punto dentro de ella que tenía su cuerpo temblando contra el mío.

George- susurró, su voz ronca.

—Sabes lo que quiero escuchar—le dije, y sus gemidos casi ahogaron mi voz. Me estrellé contra ella, viendo cómo mi pene desaparecía en su coño y todo lo que podía pensar era en lo jodidamente sexy que se veía. Sus caderas se curvaron y su trasero temblaba con cada embestida. Su cabello estaba desordenado, lo único que nos separaba y lo volteé a un lado de su cuello

¡Mierda!— Lucie siseó, cayendo sobre la palma de su mano mientras se recuperaba. — George, eso se siente-

Ella gruñó, enterrando su rostro entre las sábanas desordenadas. Su cuerpo se enganchó, deslizándose por el colchón y agarré sus caderas para atraerla hacia mí.

—Está bien, está bien—respiró ella, tragando saliva. —Joder- lo entiendo.

Solté su clítoris, inclinándome para darle un beso en el hombro.

—Buena niña.

Eso es todo lo que quería escuchar. Me molestaba que no fuera honesta, y me molestaba que quisiera proteger a un hombre que la estaba acosando inherentemente

Estaba cerca de su liberación, y llegó más rápido de lo que esperaba. Esta vez, no me avisó cuando se estaba corriendo. En cambio, sentí que su coño se tensaba y latía a mi alrededor hasta que sus músculos internos se contrajeron hasta el punto en que dejó de respirar por un segundo. Sacó un gemido de mi pecho cuando sentí que se acercaba mi propio orgasmo.

—¿Fue bueno eso?—preguntó, buscando una afirmación que no dudé en darle.

Perfecto. Eres perfecta- dije, sintiéndolo de todo corazón. Tenía sentimientos por esta chica, no del todo seguro de lo que implicaba, pero nunca antes me había sentido así. Su comodidad, su bienestar, su felicidad, todo me importaba y quería asegurarme de cuidar de ella.

Al mismo tiempo, quería follármela hasta que su voz se desgarrara.

Mi respiración era pesada y el sudor cubría mi piel, pero nunca me había sentido mejor. Lucie giró la cabeza, dándome labios carnosos y le di un beso sin desgana. Tal vez le gustaba que la besaran tanto como a mí.

-𝐓𝐄𝐍𝐓𝐀𝐍𝐃𝐎𝐌𝐄Where stories live. Discover now