thirty-eight

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Londres, Reino Unido
22 de julio 2022.

—¿Cuándo vienes a visitarnos al hospital Lucie?–preguntó Papá.

–No lo sé, Papá —dije, sosteniendo el teléfono entre mi oreja y mi hombro mientras doblaba mi ropa limpia.

—¿No sabes? Es la misma respuesta de los últimos días angel, Jack te extraña.—su voz sonaba triste y mi corazón se rompió al escucharlo.

La verdad era que odiaba los hospitales desde lo qué pasó con mamá.

—Déjame verte, Ángel . Jack también quiere verte. Cambia a video–me indicó y eché la cabeza hacia atrás con exasperación.

—Papa–me quejé, frunciendo el ceño pero sin embargo haciendo lo que me decía. Aparté el teléfono de mi oído, haciendo clic en el botón de video.

Sonreí ampliamente, viendo el rostro de mi padre aparecer en la pantalla.

Seguimos hablando un rato, de todo lo que importaba. Después de una hora, finalmente colgué el teléfono después de despedirme. Inmediatamente llegó un mensaje de texto de Zendaya.

"Oye. Lo siento por dejarte anoche. Eso fue algo jodido de mi parte, Lu :("

Escribí de vuelta. Espero que haya merecido la pena

Su siguiente mensaje fue una grabación de voz. "Para nada. Te lo explicaré todo en otro momento, pero no te preocupes, estoy bien. Sé cómo eres"

Fruncí el ceño ante eso, queriendo llamarla pero decidí no hacerlo.

Caí de espaldas en mi cama, mirando hacia el techo como si fuera la cosa más interesante del mundo. No me había olvidado de mi cita. Francamente, no había dejado de pensar en ello en absoluto. Fue lo primero que se me pasó por la cabeza cuando me desperté. Decir que estaba nerviosa sería el mayor eufemismo. Apreté mis puños, obligándome a dejar de actuar como un desastre que nunca tuvo una cita con George.

Era solo una cita. Una cita habitual!

Con Russell.

—Oh, Dios—gemí, rodando sobre mi estómago hasta que mi cara quedó plantada en las sábanas. Completa, absoluta y desesperadamente nerviosa.

El día se prolongó hasta que llegó el momento de prepararme. Me duché, me afeité... por todas partes y dejé mi cabello en su estado natural. Después de mucha contemplación, elegí un sencillo vestido camisola blanco. Era ajustado, corto y también mostraba una buena cantidad de escote y pierna.

Perfecto, para la ocasión.

Me miré en el espejo alto, girando hacia un lado para observar mi atuendo y esperando que fuera lo suficientemente bueno.

"Siempre luces linda, Luli"

Recordé las palabras de Lando, Todo parecía tan surrealista.

Miré el reloj de la pared. 19:05.

George dijo que estaría allí a las siete. ¿Quizás está caminando hacia mi apartamento en ese preciso momento? No, no lo estaba. Me senté allí durante veinte minutos, mirando el reloj mientras esperaba que apareciera. Me sentí abatid-, un poco humillada, pero el sentimiento de pura frustración lo superó todo.

No podía quitarme la idea de que me estaban plantando y tomando por tonta otra vez. Me mordía el labio inferior constantemente y tuve que volver a aplicarme el bálsamo varias veces.

Seguramente tenía una buena razón para llegar tarde.

Rodee los ojos.

"lo tenías que suponer, Lucie, una vez te dejo otra vez lo volverá hacer"

-𝐓𝐄𝐍𝐓𝐀𝐍𝐃𝐎𝐌𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora