La Mudanza

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Estoy empacando mis cosas. En unos días tenemos que volver a España.

Mis padres quedaron con unos inversionistas, que están muy interesados en hacerse socios de la red de empresas Langley.

Si mis padres habían conseguido ser los mejores empresarios en España. Y después siguieron creciendo a otros países como Italia, Francia, Estados Unidos, Argentina, México, Inglaterra y Canadá. Así que ahora soy multimillonaria pero no soy Maria Amberetta Langley Carter, la que se supone debía ser presentada a los inversionistas el día en que su vida se acabó. Ahora soy solo Mac.

Extrañare Inglaterra. Tal vez. Hice muchos amigos aquí, tuve muchas experiencias bonitas. Estuve aquí 8 años de mi vida. Y me ha ayudado mucho a superar lo que pasó.

Pero me prometí una cosa cuando tenía 12 años. Y aunque digan que es algo tonto cumplir una promesa que te hiciste a los 12 años. Para mí una promesa no se puede romper nuca. Y por eso lo hice, por eso me lo prometí. Porque si no quien iba a hacerle pagar a ÉL lo que le hizo a la pobre Amber.

Nadie esa es la respuesta solo yo misma, solo Mac.

Mientras guardo mi ropa en las diferentes maletas. Me vienen los recuerdos de los momentos cuando estaba empacando para venir a Inglaterra, y es irónico porque 8 años después estoy haciendo lo mismo para volver a España.

A los 13 años.

Después de ese día, nada en mi vida volvió ser igual. Ahora estoy empacando para irme a vivir a Inglaterra con mis padres. Gracias que uno de los inversionistas que conocieron en esa reunión. Que al fin y al cabo no llegue a asistir. Les pidió a mis padres que montaran una central de sus empresas en Inglaterra y que él se haría un socio mayoritario. Así que mis padres aceptaron ya que como tenemos suficiente dinero para alquilar un departamento hasta que nos establezcamos en Inglaterra no hay problema. Además saben que ya no aguanto más estar aquí. Pensaron que irnos sería la mejor opción para todos.

Desde ese día no lo he vuelto ver. Ni siquiera me he permitido pensar ni decir su nombre.

Pero lo que más me entristece de la situación es que tampoco he vuelto a ver a So. Y sé que ella no tiene la culpa de nada de esto. Pero para que hablar con ella si me va a decir" ves te lo dije" y es verdad ella me lo advirtió. Solo que estaba tan ciega por el amor que no quise admitir que ÉL no era lo que yo pensaba.

De pronto llaman a la puerta. Como estoy sola en la casa porque, desde ese día también deje el instituto y acabe el año escolar a larga distancia. No he salido de mi casa para nada, prácticamente soy como un vampiro. Que cree que si sale a la luz se quemara inmediatamente.

Abro la puerta y me encuentro con la persona que más extrañaba en todo este tiempo.

- Hola Amber

- Hola So- digo sin ánimos, porque en verdad aunque ya pasaran muchos meses no puedo recuperarme de eso.

- Vaya, veo que sigues mal por lo que paso

- Si, la verdad no he podido recuperarme aun, fue una situación muy dura para mi

- Lo siento Amber- dice So. Luego se lanza sobre mí y me da un fuerte abrazo.

- ¿Por qué?- digo sin entender nada.

- Por todo. Por no haberte protegido de ese patán, desde que te vi muy ilusionada por él. Por no haber estado a tu lado cuando te ocurrió eso. Por no haber insistido en hablar contigo cuando me dijiste que me alejara. Y más por haberte hecho caso y alejarme, cuando sabía que me necesitabas.

El arte de enamorar {editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora