Capítulo 9: ¡Me confundes!

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Neil Murphy.

No sé cuando Gwen comenzó a cambiar para mí, sin embargo, mis sentimientos se vuelven claros cuando, al regresar al instituto tras las vacaciones, su relación con Matt transforma nuestra normalidad.

He tratado de evitar encontrármelos desde el baile de navidad y Gwen, quien también ha dejado de colarse por mi ventana, ha estado esquivándome. Louis no comprende que ocurre entre nosotros dos, pero, como ninguno le hemos aclarado la duda, se ha limitado a actuar con normalidad. 

Y no quiero mentir, la extraño. 

Las clases de literatura no son las mismas sin que ella se siente a mi lado para trabajar juntos, en los descansos solo hablan Louis y el equipo de robótica, quienes de vez en cuando se sientan con nosotros en la cafetería, y, de vuelta a casa, no tengo a nadie con quien observar la ventana del autobús para teorizar sobre la vida de las personas que vemos a través de ella. 

Ahora, Gwen prefiere sentarse con las animadoras y los jugadores de fútbol, quedarse callada cuando en clase hablan de libros que sé que le encantan y sentarse lejos de nosotros en el autobús. Matt la visita casi cada día en casa y Louis se cuela por mi ventana con el ceño más fruncido que de costumbre y un humor que Finn no soporta desde su lejano colchón.

Soy consciente de que a Louis no le gusta la constante presencia de Matt en su hogar, no obstante, tarda tres largas semanas en acabar de explotar por completo. Y aquí estoy yo, jugando a un juego online que está lejos de importarme, para escucharlo.

 —No sé como mi hermana puede estar con ese imbécil —hace una mueca de asco conforme abandona el teclado del portátil gamer por el que estuvo todo un verano trabajando. —... pensé que era más lista.

Aprieto los labios al escucharlo y, aunque sé que esta conversación iba a salir en cualquier momento, me armo de valor para afrontarla. 

—¿Ha ocurrido algo?

—¿No te has dado cuenta de cómo la trata?

Su pregunta provoca que suspire y dejo que mi avatar virtual muera decapitado por un monstruo con manos en forma de sierra. Yo también he notado que Matt está muy lejos de ser el mejor novio del mundo, pero no quiero entrometerme en los asuntos personales de Gwen y que nuestra relación se enfríe más. Si eso es posible... 

—No soporto ver a mi hermana tan... No sé como definirlo... ¿Sumisa?

Louis cierra el portátil y echa hacia atrás la cabeza, acomodándola en mi almohada. Su pelo extremadamente rubio brilla gracias al sol y sus pecas son un pelín más oscuras que las de su melliza. Lo observo desde la alfombra y, por sus labios fruncidos, reconozco que está verdaderamente preocupado. 

—No es normal que Matt esté todo el rato llamándola para saber qué está haciendo o con quién está. A veces me recuerda cuando mis padres estaban juntos y... yo no quiero eso para Gwen.

Louis es totalmente diferente a su hermana, su físico es similar, pero su forma de actuar, pensar y sentir es totalmente distinta. Él, muy pocas veces, dice lo que piensa o siente y prefiere actuar tras estudiarlo todo meticulosamente. En lo único que se asemejan es en el impulso por protegerse mutuamente. Probablemente, sea cosa de mellizos.

Mi mejor amigo se preocupa mucho por ella, aunque no quiere demostrárselo a nadie. Cuando su padre no la recogió para pasar las fiestas navideñas, Louis me obligó a acompañarlo hasta la ciudad donde el adulto se había mudado y, aunque yo me quedé quieto en el portal, mi amigo se pasó más de media hora gritándole al señor Hood lo horrible que era como padre. Yo pensaba lo mismo, pero no me correspondía a mí decírselo. 

Los hermanos MurphyWhere stories live. Discover now