vi. vuelo

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Hay cosas que no me gusta hacer sola, como ir a la azotea de noche o llamar a pedir comida porque nunca sé cómo reaccionar; otra cosa también es volar, y para mi mala suerte -y también por el estúpido de Iván que no sacó a tiempo su visa- yo tendría que depender de alguien que quisiera compañarme.

Y, a pesar de vivir en el mismo país y compartir comunidad de vez en cuando, yo no conocía a Nimu.

Así es como acabé acá, como niña pequeña recibiendo recomendaciones de sus hermanos mayores.

—No te separes de ella— me dijo Iván, acomodandome la mochila del brazo.

—Ya lo sé.

—Nada de pedir alcohol en el avión.

—¿Ni un poquito?

—Nada, no quiero que luego vengas a decirme "uy, Iván, me besé con un desconocido"

—Iy ivin mi bisi cin in discinicidi -le remedé —, ya, ya, no tomaré.

—Bueno —se unió Carrera, abrazándome por los hombros— ya dejé tu maleta grande, así que es momento de decir adiós.

—Espera, aún no llega Nimu, no la podemos dejar aquí sola.

—Tengo veinte años, cumplire veintiuno en unos meses, Iván, no soy una nena.

—¡Aquí estoy! ¡Aquí estoy! —oímos gritos a lo lejos.

Vaya.

Me sentí privilegiada al ver su rostro, como si estuviera viendo algo que no debí, como si estuviera viendo al mismo Jesucristo resucitado.

Claro que no era eso.

Nimu tenía cabello negro, era más baja que yo por unos centímetros y al parecer ya había dejado su maleta también porque solo traia la de mano, venía todo de negro y con la mascarilla puesta, mirando a los lados a cada momento.

Cuando llegó a nosotros, se quitó la mascarilla y su mirada quedó clavada en Iván, pero los de él parecían avergonzados más que nada.

—Oh, hola.

—Hola —murmuró mi amigo, mirándome en busca de ayuda.

—Un gusto, soy Carrera —dijo Rodrigo rompiendo un poco de la incomodidad del ambiente.

Iván no era ningún niño virginal que le tenía miedo a las mujeres ni a interactuar con ellas, lo hacía con comodidad estando en stream.

Pero había algo en el hecho de que él vea a alguien en persona, que por cierto Nimu no había sido discreta en el hecho de sentir un amor platónico hacia él, que lo hacía todo diferente.

A Iván no le gustaban los chismes, ni escándalos que no pudiera controlar, y de vez en cuando era receloso con su vida privada, podía socializar pero hasta un punto, había cosas que eran como su límite.

Una de ellas era hablar con chicas, que él sabía que podrían querer algo, y que lo veían de cierta manera como ídolo, o eso es lo que él pensaba ya que tampoco la conocíamos del todo.

Para estos casos, siempre había un plan de contingencia, que nos daba igual a los dos y que nuestros amigos más cercanos sabían.

Carrera entendió las miradas y sacó su brazo de mis hombros, siendo sustituidos por los de Iván.

Su fuerte perfume invadió mis fosas nasales y le empuje discretamente con el codo para que me diera al menos unos centímetros de espacio personal.

Nimu pasó la mirada de uno al otro y sonrió nerviosa.

—Ohhh, ya entendí, tranquilos, eh —dijo con tono amigable. —Bueno, pues, por si habían dudas, soy Nimu.

—Ya tenemos que irnos —dije, apartandome de Iván, había algo extraño en el hecho de que me abrace de una forma que no fuera de hermandad—, te escribo en el avión.

—No te olvides —dijo con genuina preocupación.

Después vino el que creo que siempre será un momento incómodo aunque lo hagamos hecho varias veces.

Me miró como diciéndome "¿Estás lista para la cosa más extraña del mundo?" y yo asentí.

Iván posó sus manos sobre mi cintura, procurando no tocar demás, me atrajo hacía él, me tomó de las mejillas y me dio un beso en la frente, para después darme un abrazo demasiado apretado para mi gusto.

Aquí venía lo raro.

—Que tengas buen viaje... —dudó por unos segundos, y yo contuve la respiración para no reírme—, preciosa.

Sonreí y me mordí la lengua para no soltar una carcajada, pero asentí y lo atraje más hacia mi con mis manos en su cuello para susurrarle algo.

—Eres un miedoso.

—Cállate —me respondió.

—Ay, como te voy a extrañar —dije tal vez un poco alto, para luego bajar la voz—, encuentro un solo forro en mi cuarto y te juro que te corto las pelotas, tú cocinaras el siguiente mes.

Después de amenazarlo en susurros, lo separé con una sonrisa sin dientes en mi boca y me puse de puntillas para darle un beso en la mejilla.

Iván ya estaba rojo de tanto teatro.

—¿yo también tengo besito? —se burló Carrera, dándome un abrazo más cómodo y rápido. —Diviértete, no te olvides de comer bien.

—No lo haré.

Nimu se despidió de ellos con su mano para luego tomarme del brazo y empezar a caminar, me sobresalte ante tanta energía amistosa.

—Espero que nos la pasemos re bien —dijo, sonriente, colocándose la mascarilla de nuevo.

Yo también esperaba lo mismo, sino sería un viaje demasiado largo.

Ya dentro del avión, le avise a los chicos que, según la azafata, despegariamos en cinco minutos.

«Verónica🌻 @verovsaliens: Más de 10h de vuelo, juro que apenas llegue besaré el piso de Barcelona»

ElMariana🤙🏻@elmarianaa · 6m: Ándale, ándale, escuincla, si no te veo aquí cuando llegue en chinga te deporto.

rivers @samyriveratv · 6m: No cunda el pánico, ya le pegue un zape al pendejo de arriba.

ElQuackity @ElAlexQuackity · 5m: ¿me envías video?

Verónica🌻 @verovsaliens: ¿Qué son estas insinuaciones? Yo soy niña de casa, por cierto.

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Aroyitt está escribiendo...

Aroyitt te envió un mensaje

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Hola, Vero, no es por arruinarte el viaje ni nada, que sabes que estas invitadisima a mi casa cuando gustes, aunque creo que te queda lejos.

Solo quería avisarte que me he enterado que Karchez irá al hotel donde te quedarás mañana, para hablar de unas cosas supongo.

A mi me supo fatal que quiera tomarte desprevenida, así que creo que hago lo correcto en avisarte.

Espero esto no malogre tu vuelo, y ánimos con todo<3

Con amor, Quackity━━━━ a. quackity ✓Where stories live. Discover now