Con amor, Quackity━━━━ a. quackity ✓

x. Twitch Rivals

Recordar que hay cambios para la adaptación de la novela, disfruteen<3

Verónica's pov

—Debo admitir, que cuando me invitaron, pensé que solo sería jugar en la pc y ya está —exclamé agotada hacia mi chat. —Les juro que más cansada no puedo estar, pero bueno, vamos a buscar a nuestra compañera y a estirar un poco las piernas. 

<<No mames, Verónica María, pude ver tu cabeza fuera de la cobija desde mi casa>>

—¡Ya! ¡Ya, Juan Sebastián! —medio grité, riendo a la vez—, escúchame bien, Granizo, iré a México en un par de meses así que atente a las consecuencias. ¿Se me escucha bien, chat?

Luego de ver las afirmaciones en mi teléfono, empecé a buscar a Nimu con la mirada. 

—¿Vieron a la vuida? —pregunté a un grupito que vi de pie, a quien solo reconocí a Axozer, pero cuando todos voltearon, entré en pánico. —Ahhh, ay, hola. 

Abby me miró por un minuto, sin ninguna expresión en su rostro, pero fue suficiente para sentirme incómoda. 

Debería hacerme un baño de rosas para la mala suerte. 

—Qué tal, Vero —me saludó Axozer. —¿Viuda?

—Sí, ya sabes, Nimu trae este... ropa, negra ropa, quiero decir, ropa negra. 

No me dio tiempo de seguir diciendo tonterías, porque sentí como alguien me jalaba del brazo y me llevaba. 

Era mi querida compañera, quien traía una cartera en su otra mano. 

—¿A quién estamos robando?

Pero ella no respondió, solo siguió corriendo. 

—Nimu, no le robaré a ningún español —bromee, pero entonces vi a donde se dirigía y, cuando traté de parar, ya era tarde. 

Alexis estaba mirando su teléfono con unos lentes negros, traía una gorra de lana de Adidas, con una sudadera de mangas y gorra morada, unos jeans y unas zapatillas marrones pero con suela blanca. 

—Ey, ¿se te cayó esto? —le preguntó Nimu.

—Ay, gracias... —respondió, dándose la vuelta, pero se quedó paralizado cuando se percató de mi presencia, luego de unos segundos, sonrió. —Hola, María. 

Abrí los ojos levemente por la sorpresa, jamás me habían llamado solo por mi segundo nombre. 

—¿El pez se comió tu lengua? —me preguntó, riéndose de su propio mal reformulado chiste, mis mejillas se tiñeron de rojo. —Oigan, ¿Cómo es que están dejando entrar asaltantes aquí? Una ni trae mascarilla, muy peligroso, eh. Me recuerda cuando yo estaba viviendo en México. 

—Ahhh —habló Nimu, abrazándome por los hombros—, es que vinimos a recuperar el oro, haciendo el trabajo sucio. 

Quackity se rió y, cuando estuve a punto de irme a otro lado, mi nueva amiga me detuvo, provocando que él me viera con satisfacción. El muy maldito lo disfrutaba, seguro le encantaba ponerme nerviosa a tal punto de no saber a donde meterme. 

¿Pero qué demonios me pasaba? ¿Desde cuando me ponía así por un emo con gorra y posiblemente calvo? No, no, no, así no puedo seguir. 

Nimu le contó los juegos que hicimos, y como casi perdemos en uno porque la niñera vio mi cabeza por debajo de la manta. 

—¿Así que muy chismosa, Verónica María? —me provocó. 

Fruncí los labios antes de hablar. —Ahh, no, pues, ayer el chismoso fue otro, por cierto, ¿Y Karl?

Pude sentir su fuerte mirada incluso detrás de sus lentes oscuros, se rió y pasó su lengua por la parte superior de su labio antes de responder. 

—¿Se volvieron muy amigos?

—Pues sí, le estoy enseñando a hablar español.

—Yo lo he intentado durante años, es más difícil de lo que parece, eh. 

—Conmigo aprende rápido  —dije con tranquilidad. 

—Okey, milady, okey —murmuró entre dientes. —Bueno pues, listo, listo, ya está, estoy preparado para los juegos ¡Vamoos!

Nimu y él intentaron darse de puños pero, al no lograrlo, se chocaron los hombros. 

—Bueno, pues, adiós —dije levantando mi trípode y poniéndome de puntitas para darle un beso en la mejilla. —Así me enseñaron a despedirme en mi casa. 

Alexis me miró con la boca entre abierta y con las mejillas sonrojadas, no le dije nada más y empecé a caminar un poco. 

—Adiós —me respondió, haciendo que me detenga para voltearlo a ver. 

—Adiós. 

—Chauu —me reí. 

—Adiós —asentí e hice ademán de volver a caminar. —Esteee, pues, voy a estar jugando. 

—Genial, suerte. 

—Y estee voy a estar muuuy ocupado. 

—Que mala suerte. 

—¿Qué? —me preguntó levantando las cejas. —¿Por qué lo dices?

—Nada, adiós —me volví a despedir. 

—Pero, estee —habló de nuevo—, solo hasta que acabe el evento estaré muy ocupado. 

—Entiendo. 

—Esteee, ¿y tú? ¿Qué harás después?

—Iré a comprar ropa con Rivers y Rocío en el centro para la fiesta de la noche. 

—Ahhh, y esteee —murmuró, acomodándose su gorrito. —¿me puedo aparecer por ahí luego? Pos, así, de casualidad. 

—Pues si es de casualidad, no lo sé —me reí. —Ya me voy. 

—Claro, claro —dijo, pero esta vez sí me fui. 

(...)

—No me convence —dice Rocío. —A ver, date una vuelta.

—Pero si solo es un pinche vestido —murmura Rivers, pero le hace caso.

—Más que el twitch rivals, lo que realmente importa es la fiesta que se viene después, así que sí importa.

Samantha suspira y se devuelve al probador a ponerse otro.

Bostezo un poco y me tiro sobre los cojines del asiento, no puedo dormir bien en hoteles, siento que hay ruidos todo el tiempo.

—¿Iras a la reunión que harán esta noche? —me pregunta Rocío, entre abro los ojos para verla. —Van a ir casi todos.

—No tengo ánimos de emborracharme en Barcelona, y no quiero tener unas ojeras inmensas en el twitch rivals para que luego me pregunten en chat con quién pasé la noche.

Rocío ríe.

—Quiero que quede claro que será el último que me voy a probar, si no a chingar a su madre y me voy en pijama.

Ambas volteamos a verla y sonreímos, es un vestido corto un tanto ajustado de color vino, se le amolda bien al cuerpo y puedo notar que si rostro se ilumina al verse en el espejo.

—A mi me gusta —digo dando el visto bueno.

—A mi también —dice Rocío.

—¡Gracias! —festeja, yéndose a cambiar. —Amonos a comer algo.

Esperamos a que Rivers salga, pagamos, agarramos nuestras bolsas de compras y caminamos hacia la puerta, pero, ya afuera, sonrío a ver a un chico apoyado sobre el barandal de cristal frente a la tienda. 

—Hi, milady. 

—Hola, Alex.