La decisión de Kitsune

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Kitsune abrió los ojos, al ver alrededor se percató que estaba en la cama de Annie, ella estaba sentada a su lado dormida, en la mesa de noche había un envase con agua y un pañuelo mojado, él se tocó la frente y pudo sentir que la tenía humedecida, así que dedujo que ella lo había estado usando con él para intentar reducir su temperatura, al lado del envase con agua estaba el teléfono de Annie con el cascabel guindando, él lo observo fijamente y sintió que le apretaban el corazón y se le hacia un nudo en la garganta.

–Annie no puedo ponerte en peligro y tú no puedes amaestrarme, ya perdí a mi ama una vez, no pienso perderla de nuevo– él le hizo cariño en el rostro y le dio un beso en la mejilla, luego agarró el cascabel que seguía guindando y lo arranco, lo apretó con fuerza, lo guardo en su kimono y se dirigió a la ventana, volteo por última vez para despedirse de Annie mientras una lágrimas corría por su mejilla –Es lo mejor, esto lo hago por tu seguridad, sé que me olvidarás pronto – Kitsune se aferro al borde de la ventana para salir, tras pensarlo unos segundos y decidirse a irse escucho una débil voz llamándolo

–Kitsune– él se detuvo confundido y volteó a ver a Annie que seguía dormida –Kitsune...no me dejes– Kitsune se sorprendió de escucharla, se alejo de la ventana y se acerco con cuidado hasta ella

–¿Me está llamando dormida? – él le aparto con cuidado el mechón de cabello que estaba casi enredado con sus lentes que se encontraban torcidos por la presión que ella hacia contra la cama al dormir, tratando de no rasguñarla le hizo cariño viendo que, aunque seguía profundamente dormida tenía una expresión de preocupación en su rostro, Kitsune saco el cascabel de Annie pensando en todo lo que había pasado con sus atacantes

–Annie... lo siento tanto–

En la mañana Annie se despertó adolorida por la posición en la que había dormido, al levantarse sus lentes cayeron al suelo mientras ella se estiraba, los agarro para no pisarlos y al desperezarse se percato que su cama estaba vacía, al ver que Kitsune no estaba se levanto de inmediato y tomo su teléfono para buscar el cascabel, sin embargo, este ya no estaba, un sentimiento de tristeza la invadió, se levantó de la cama y se asomo por la ventana que se encontraba abierta

–Kitsune– ella salió del cuarto angustiada, dispuesta a buscarlo por donde fuese –¡Kitsune! – ella se detuvo al percibir el olor a comida que salía de la cocina, su corazón se emociono y se acelero al ver a Kitsune de pie en la puerta

–Dime– él tenía en sus manos un plato de comida que casi se le cae cuando Annie corrió a abrazarlo en cuanto lo vio

–Pensé que te habías ido, no estabas en mi cama, y el cascabel no estaba– ella se apartó un poco secando sus lágrimas, Kitsune se sorprendió de verla de aquella forma – anoche estabas tan mal, que yo pensé lo peor– él le acaricio la cabeza y luego le ofreció el plato de comida

–Gracias por cuidar de mí, acepta esto como muestra de mi agradecimiento– Ella vio con detenimiento el plato de avena que tenía en sus manos y lo agarro con cuidado de no quemarse –Lo lamento, no se preparar muchas comidas humanas, mi ama se encargaba de su alimentación, yo solo le proporcionaba los ingredientes– Ella sonrió un poco al saber que él había colocado todos u esfuerzo en aquel sencillo plato

–Con esto bastará, gracias Kitsune– ella se sentó a comer, Kitsune la veía expectante esperando saber su opinión, ella se sorprendió al sentir un sabor exquisito, no se esperaba que un zorro pudiese cocinar de aquella forma, ella sonrió y empezó a comer rápidamente, Kitsune movió su cola feliz de ver que su ofrenda de agradecimiento había sido bien recibida, Annie se detuvo por un momento y se le quedo viendo a Kitsune que solo bajo un poco las orejas

–¿Ocurre algo? ¿Hice algo mal? – Ella aparto un poco el plato y coloco sobre la mesa su teléfono

–¿Dónde está el cascabel? – Kitsune esquivo la mirada de Annie y se sentó frente a ella

Zorro amaestradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora