Sentimientos encontrados

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Mara estaba leyendo una revista cuando un trueno cayó en medio de la sala frente a ella y Annie junto a Mackenzie aparecieron de regreso, Mackenzie se arrodilló agotada y Mara se acercó preocupada por la cantidad de magia que había usado en un día, Mackenzie se acomodo en sus brazos mientras ella le hacia cariño en la cabeza

–Muchas gracias Mackenzie, ven a descansar, lamento haberte pedido que usarás tanta magia después de haberle prestado a Kitsune–

–No te preocupes por mi Mara, estaré bien– Mackenzie acaricio el rostro de Mara con cariño para tranquilizarla, Mara volteo a ver a Annie

–Annie, ¿Podemos pasar aquí la noche? Mackenzie no tiene magia suficiente para llevarnos de regreso–

–Está bien, mi tía no volverá aún, está fuera del país haciendo negocios como siempre, pueden ponerse cómodas, solo díganme si necesitan algo– Mara llevo a Mackenzie al mueble y la acomodo para dormir mientras ella y Annie se sentaron en el comedor para charlar

–Veo que conseguiste el objeto que necesitabas, pero no te veo muy feliz que digamos, ¿Sucedió algo? –Annie jugaba con sus dedos sin levantar la vista

–No, nada, pude conseguir lo que pedí–Annie se quedo en silencio, levanto un poco la vista y se dio cuenta que Mara se apoyaba sobre uno de sus brazos esperando que le contara lo sucedido

–Entonces ¿Qué ocurrió? ¿quieres contarme? – Annie dudo un poco, ya que no quería molestarla, pero necesitaba sacar lo que le estaba molestando

–Es solo que esa comerciante dijo que los zorros son fieles a sus amos y siento que haberle puesto un nombre a Kitsune sin haberlo consultado hizo que él entrara en conflicto, es decir, cómo le voy a pedir que olvide a su amada ama, yo debí preguntarle, no esperar que lo aceptará y ya, me sentí feliz cuando llegó porque tenía compañía, pero no quiero que sufra ni que esté triste, haré todo lo que esté en mis manos para ayudarlo, aunque eso signifique que se deba marchar–

–Eres una persona muy noble Annie, a pesar de estar tan sola te preocupas por los demás– Ella sonrió un poco

–Kitsune dice que mi deseo fue tener amigos porque me sentía sola, pero la verdad es que ya me acostumbré, mi amiga Iza siempre está conmigo y eso es más que suficiente, no importa que ella no se dé cuenta cuando yo tengo un problema, mis problemas no son tan importantes como para molestarla– Mara le tomó la mano a Annie y la interrumpió de inmediato

–Annie escucha, no importa que tan grande o pequeño sea un problema, un verdadero amigo siempre va a estar a tu lado y no va a minimizar lo que sucede, porque no se trata del tamaño del problema sino de cómo te hace sentir– Annie sonrió ante las palabras de Mara tratando de contener sus lágrimas –tus sentimientos tienen tanto valor como el de los demás, no necesitas esforzarte en no llorar, y no digas que no quieres molestar, a un verdadero amigo no le va a molestar estar para ti cuando lo necesitas, todos hemos estado tristes en algún momento, todos necesitamos que a veces no nos den consejos sino que nos escuchen en silencio, y eso está bien – Annie dejó salir un par de lágrimas mientras asentía ante las palabras de Mara.

–Gracias– Ella iba a secar sus lágrimas cuando sintió que la abrazaban por la espalda fuertemente, ella se trató de voltear para ver quién era –¿Kitsune? ¿No estabas descansando? – él se quedó en silencio sin soltarla –Kitsune ve a descansar, por favor–

–Estas llorando– Annie se rio un poco forzadamente

–Estoy bien, solo tenía una conversación con Mara, mírame estoy bien– ella trataba de secarse las lágrimas, pero no podía hacerlo por la forma en la que Kitsune la abrazaba impidiendo que levantara sus brazos –Oye, permíteme limpiarme la cara–

–Déjalas– Annie se extrañó un poco –No tienes que esconderlas de mí, si necesitas llorar hazlo, yo no te voy a soltar, aquí estoy y aquí me quedo– ella se sorprendió y le hizo cariño en las manos agradeciendo su compañía y al no poder contenerse más, simplemente empezó a llorar, Mara se levantó de la mesa y se fue a hacerle compañía a Mackenzie mientras Annie lloraba a todo pulmón con Kitsune solo abrazándola, ella sintió un gran alivio ya que en ningún momento él le pregunto porque lloraba, solo se quedó allí con ella hasta que ella se sintió mejor, luego solo la soltó, le beso la cabeza y se fue a dormir, sin interrogarla ni hacer ningún comentario sobre su llanto, y eso tranquilizó a Annie.

Mara y Mackenzie se quedaron todo el día con ellas, Kitsune y Mackenzie debían dormir y descansar, Annie estaba agradecida con Kitsune pues nunca había tenido a nadie que se quedara a su lado mientras lloraba sin juzgarla por lo que se esforzaba por hacerle algo de comer que lo ayudara a recuperar sus fuerzas. Ella ayudaba a Mara a preparar una comida deliciosa cuando su teléfono sonó, al revisarlo resoplo al ver que era Iza llamando, Mara le asintió y le hizo señas que se fuese a contestar.

–Ve a contestar tranquila, yo vigilo la cocina– Annie asintió y se fue al cuarto de su tía a contestar la llamada

–Hola Iza–

–¡Annie! –Ella aparto un poco el teléfono al escuchar a su amiga casi gritando –¿Cómo sigues? –

–Mucho mejor, mañana ya debería estar de regreso a clases–

–Qué bueno escuchar eso, no me gusta estar sola en clases, me hace falta tu compañía, y dime una cosa ¿Hablaste con Kitsune lo del fin de semana? – Annie se acostó en la cama resoplando por el pedido de su amiga, ella intento hacer como que no sabia nada con la esperanza de que su amiga no preguntara nada mas

–¿El fin de semana? –

–Si, el parque de diversiones con Bastián – Iza sonaba un poco impaciente

–Ah, lo había olvidado, le preguntaré cuando despierte– Annie intentaba restarle importancia a pesar de que se sentía molesta por la insistencia de su amiga

–¿Está contigo ahora? – Iza sonaba más emocionada de lo normal –Pasaré por tu casa entonces y le preguntaré yo misma, quiero plantearle un escenario para que Bastián se fije en mí–

–Iza, ahora no es un buen momento para venir– Annie se sentó en la cama preocupada

–¿Por qué? –

–Porque no me siento bien y Kitsune tampoco, estuvo conmigo toda la noche y enfermo también –

–Ya veo, bueno si vienes a clases mañana te lo comento a ti, hablamos luego Annie, cuídate, espero que mejores –Iza colgó la llamada y Annie arrojó el teléfono en la cama molesta

–«Pensé que realmente estaba preocupada por mí y solo quería saber si su cita con Bastián seguía en pie»– Annie suspiró resignada y regreso a la sala a ayudar a Mara con la comida que estaban preparando.

Zorro amaestradoWhere stories live. Discover now