Zorro demonio

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Karasu se levantó con dificultad por el dolor del golpe, Kitsune tenía los ojos rojos de ira, su pelaje estaba erizado y su cuerpo tenso, las alas de Karasu estaban lastimadas por el fuego, él apago las llamas rápidamente al soltar las plumas que se estaban quemando, su cuerpo tenia marcas de quemaduras por todos lados, se escuchó el graznido de un cuervo y sus heridas empezaron a sanar rápidamente.

–No soy tan débil como Aracné– varios cuervos salieron de sus alas y atacaron a Kitsune que sacó los atrapo con las garras sin inmutarse de uno en uno, cada vez que los atrapaba los apretaba con todas sus fuerzas hasta que quedaban las plumas de Karasu en su lugar, Karasu se molestó por lo que estaba viendo –Veamos cómo te va con un ataque aéreo– él se elevó y lanzó sus plumas como cuchillas afiladas, Kitsune se convirtió en zorro y empezó a saltar sobre pequeñas llamas de fuego azul en el aire, al estar a la altura de Karasu empezó a perseguirlo mientras este huía hasta atraparlo, se montó en su espalda y le mordió una de las alas mientras gruñía.

–¡Bájate de aquí! – Kitsune se aferraba fuertemente al ala de Karasu, se apoyó en su espalda y lo empujó con fuerza arrancando el ala de Karasu que cayó junto con Kitsune al piso arrastrándose por el mismo –Eres un maldito zorro– Kitsune escupió el ala y se acercó lentamente a Karasu que esperó tenerlo cerca para lanzar unas plumas contra Kitsune que esquivó fácilmente

–¿Es todo lo que tienes? – Kitsune lo veía de forma engreída, se acercó a Karasu que empezó a reírse a carcajadas

–Eres demasiado confiado – las plumas que había arrojado se devolvieron y se clavaron en la espalda de Kitsune al mismo tiempo que Karasu se carcajeaba con más fuerza –pensaste que podrías superarme a mí, el maestro de las ilusiones –

–¿Crees que eres el único que puede hacer ilusiones? – Karasu se asustó al escuchar a Kitsune detrás de él al momento que el Kitsune atravesado por las plumas se desvanecía, Karasu trató de huir, pero Kitsune le sujetaba el ala que le quedaba, al verlo Karasu se dio cuenta que el pelaje de Kitsune se había vuelto negro y sus ojos brillaban en un rojo intenso

–¿Cómo puedes entrar en ese estado con la cantidad de magia que tienes? – Karasu trató de huir de nuevo, pero Kitsune lo pateó arrancando su segunda ala

–Te usaría de mensajero como hice con Aracné, pero no seré tan amable contigo por lo que le hiciste a Annie, de ti no van a encontrar ni las cenizas– Kitsune golpeó a Karasu en el rostro tumbándole los lentes que llevaba.

–Tengo que llamar a Kuroneko y a mi ama, ellos podrán ayudarme– Kitsune piso los lentes y estos se quemaron en fuego rojo intenso en tanto Karasu se arrastraba tratando de huir de Kitsune

–¿A quién planeabas llamar? Que tu castigo sea una advertencia de lo que les haré si vuelven a hacerle daño a Annie– Kitsune levantó a Karasu de la camisa y este empezó a quemarse en fuego rojo mientras gritaba de dolor sin poder hacer nada al respecto, Kitsune lo observo quemarse por unos instantes hasta que no escucho más ruido, lo soltó aún envuelto en llamas y se acercó a Annie que seguía desmayada, la cargó en brazos y vio por última vez como Karasu se retorcía dentro del fuego antes de que el fuego rojo los rodeara y desaparecieran de inmediato.

Kitsune acostó a Annie en su cama y le puso la mano en la cabeza al mismo tiempo que se escuchaba el tintineo del cascabel, él estaba usando su magia para sanar las heridas de Annie mientras lloraba en silencio, sus manos le temblaban descontroladamente y al ver que ella no despertaba se transformó en zorro y se acostó en la cabecera de su cama lamiendo el lugar donde antes tenía la herida.

Annie despertó unas horas más tarde algo confundida, vio el techo de su cuarto intentando ubicarse, la cabeza le dolía un poco, se sentó y se tocó la cabeza donde le dolía, pero no tenía nada

Zorro amaestradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora