Zorro amaestrado

Kitsune vs Aracné

Aracné lo veía molesta mientras Kitsune sonreía un poco, ella arrojó telarañas por todo el techo del edificio haciendo que ambos quedarán encerrados en una esfera creada de hilos.

–Eres un maldito zorro escurridizo, no vas a volver a escapar, le voy a llevar tu cadáver a mi ama– Aracné escupió ácido por toda la telaraña haciendo que goteara en el suelo y destruyéndolo apenas lo tocaba –Veamos cómo te libras de esto– Kitsune la veía fijamente buscando con la mirada el objeto que potenciaba su magia y se dio cuenta de una pulsera plateada que tenía en la mano derecha principal

–Me gusta tu nueva adquisición ¿Por qué no me la prestas un rato? – Kitsune se transformó en zorro y corrió hacia Aracné para quitarle la pulsera, se le lanzó encima y Aracné al darse cuenta de sus intenciones rodeo su mano con telaraña y golpeó a Kitsune tan fuerte que lo hizo chocar contra una de las paredes de la esfera de ácido haciendo que él chillara de dolor

–No pienses que voy a dejar que me quites el regalo de mi ama, ella me lo dio porque sabe que solo yo puedo cumplir esta tarea– Aracné empezó a arrojar bolas de hilos llenos de ácido que Kitsune empezó a esquivar, cada vez que él saltaba sonaba el cascabel –No te voy a dejar usar magia– Una de las bolas de hilo le dio y él se apartó de golpe, se transformó de nuevo a su forma original, en la que se podían ver las quemaduras en su hombro y en su espalda, además se podía notar su cansancio, él se sujetaba el brazo con fuerza para soportar el dolor. –Debes estar desesperado por obtener un objeto que pueda potenciar tu magia, ¡No tienes la fuerza para derrotarme! ¡YO SOY MAS FUERTE! – Aracné dejó caer el techo de hilo sobre ellos y se cubrió en su propia telaraña para no ser afectada

–¡Estás loca! Tú también vas a salir herida– Se escuchó el sonido de un cascabel y el fuego azul rodeo a Kitsune, pero no evitó que todas las telarañas se precipitaran sobre él. En un momento todo quedó en silencio, la azotea ya no tenía telarañas, el cielo nocturno volvía a resplandecer sobre ellos, todo lo que antes estaba en la azotea ahora eran solo rastros de objetos derretidos, las paredes y el piso estaban corroídos y quemados, los restos de hilos se esparcían con el viento por todos lados, el capullo donde estaba Aracné empezó a abrirse y la dejo salir sin ninguna herida, ella se acercó lentamente a dónde estaba el cuerpo herido de un zorro que respiraba rápidamente, las quemaduras que antes tenía ahora eran acompañadas por otras más, al verlo en ese estado Aracné soltó una carcajada triunfante.

–Te dije que no podrías contra mí, estoy respaldada por mi ama ¡YO SOY LA MAS FUERTE! – Ella levantó a Kitsune por el cogote, debajo de él estaba un cascabel algo dañado por el ácido, ella lo recogió y se lo guardo –De nada te sirvió venir a este mundo zorrito, de nada te sirvió buscar una bruja nueva, ella va a morir de igual forma y tú serás la nueva adquisición de mi ama– Kitsune abrió los ojos lentamente y al verla le mordió el brazo que tenía más cerca, ella por el dolor lo lanzó lejos –¡¿Aún quieres mi objeto?! Eres un zorro muy insistente– Kitsune regreso a su forma original y, aunque estaba herido se estaba riendo, Aracné se extrañó y enfureció –¿Qué es tan gracioso? –

–Eres muy fácil de engañar– ella lo veía sin entender nada –Por lo visto las arañas no son muy inteligentes– Kitsune abrió su mano y le mostró a Aracné el antídoto, ella al verlo se sorprendió y empezó a buscarlo sin creer que se lo habían quitado –Fue tan fácil hacerte creer que lo que quería era ese objeto, puedes decirle algo a tu ama de mi parte– Kitsune se levantó sosteniendo su brazo quemado –Nunca voy a amarla– Aracné lo vio molesta, él movió su cola y los dos fueron rodeados por fuego verde, Aracné trataba de huir, pero los hilos se encendían rápidamente evitando que ella huyera, Kitsune la vio seriamente –Te arrepentirás de haber usado a Annie, te haré pagar por lastimarla– los ojos verdes de Kitsune brillaron y se tornaron dorados al mismo tiempo que el fuego.