Prólogo.

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Hola! Llevo tiempo pensando en escribir esta historia y al final me he animado. Me encanta la relación que tienen Pedri y Gavi y como existen muy pocas historias sobre ellos, quiero aportar yo lo que pueda.

Pero quiero aclarar que no pretendo ofender a nadie, ni que nadie se sienta incómodo. Esto es todo ficción.

Dicho esto, espero que disfrutéis mucho de mi historia. Un beso enorme!! ♥️♥️

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El frío de Barcelona en pleno febrero obligaba a los jugadores a dar saltos y moverse por el campo mientras esperaban a que empezase el entrenamiento. Xavi comentaba aspectos técnicos con uno de los preparadores y las cámaras comenzaban a grabarles como siempre para luego subirlo a su canal de Youtube. Gavi fue el último ese día en salir de los vestuarios y se cubrió las manos poniéndose los guantes mientras se acercaba a sus compañeros. Echó un vistazo rápido y se dirigió hacia Ansu y Jordi, bajando la mirada para evitar que esta chocase con los ojos marrones que se obligaba a ignorar. Sabía que el canario estaba unos metros a su derecha hablando con Ferran. Sabía que seguramente su nariz estaba roja por el frío. Y sabía que él también hacía todo lo posible para no mirar a Pablo.

Ansu le estaba contando algo sobre la noche anterior y Gavi asentía como si le estuviese escuchando. Pero no lo hacía. Porque como siempre, en su cabeza solo había hueco para una persona. Sabía que todos lo habían notado, que algo había cambiado dentro de Pablo. Que ya no sonreía igual, que ya no era el niño revoltoso del que todos tenían que estar pendiente, que a veces sus ojos estaban más tristes de lo normal y que cargaba con el peso de algo que no podía contar a nadie. Y él hacía lo que podía para no preocuparles, a ellos y a todos los aficionados que les apoyaban. Dentro del campo, seguían siendo el mejor dúo que el fútbol había visto en mucho tiempo.

Pero ya nada era igual.

Porque ya no podía correr a los brazos de Pedri tras marcar un gol. Ya no podía mirarle cómplice de alguna tontería y sonreírle de la forma que sabía que solo él entendía. Ya no podía picarle durante los entrenamientos o jugar con él a la Play hasta las tantas. Todo había cambiado y Gavi no era capaz de adaptarse a su vida sin Pedri. No tenía sentido. Nada tenía sentido y sentía que se consumía por dentro cada día que pasaba sin él.

Era consciente de que Pedri lo estaba pasando igual de mal, quizás incluso peor que él. Sus ojeras estaban más presentes que nunca y llevaba tiempo sin escucharle reír de verdad. Y aunque Pedri lo ocultaba mejor y sabía fingir que todo iba bien, Pablo le conocía más que nadie y sabía que estaba igual de roto que él.

Un silbido le sacó de sus pensamientos y levantó la cabeza para darse cuenta de que el entrenamiento ya empezaba. Y de manera inconsciente, casi sin darse cuenta, se giró en busca de algo que sabía que ya no era suyo. Vio a Pedri emparejarse con Ferran, como hacía siempre últimamente. Y aunque debería estar ya acostumbrado, le dolió tanto como la primera vez.

Fue en ese momento cuando Pedri decidió mirarle por primera vez en toda la mañana. Sus ojos se encontraron y ninguno tuvo la fuerza de apartarlos. Pablo suspiró en el momento en el que vio como la mirada del otro se derretía, volviéndose más suave, más íntima. Una mirada que solo se dedicaban entre ellos. Llena de arrepentimientos, de cariño y de dolor. Un "yo también te echo de menos". Un "estoy aquí, siempre".

Y dolía tanto.

Pablo fue el primero en romper el contacto visual entre ellos, porque sabía que si Pedri seguía mirándole así, no sería capaz de aguantar las lágrimas que ya intentaban escaparse. Todo su cuerpo le pedía que corriese hasta él y le abrazase hasta que volviesen a ser uno. Le torturaban las ganas de tocarle, de sentirle, de volver a hacerle sonreír, de mandarlo todo a la mierda y ser feliz a su lado.

Aún no se explicaba cómo todo había cambiado tanto, como habían pasado de serlo todo juntos a este limbo en el que estaban. Y la triste y dura verdad era que haberle perdido, dolía más que todos los golpes que la vida quisiese darle. Pero tenía que asumir que lo que tuvo con Pedri era algo que jamas volvería a tener.

Que ya no eran PedriyGavi.

Que ya no eran nada.

Cafuné | Pedri & GaviWhere stories live. Discover now