17.- No entiendo nada.

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Gavi despertó al día siguiente antes de lo que esperaba porque necesitaba ir al baño y no aguantaba más. Se desenredó del cuerpo del canario con cuidado de no despertarle y fue rápido al baño antes de volver. Miró su móvil fijándose en que apenas eran las 9 y decidió que tenían tiempo para dormir algo más. Se sentó en la cama y miró a Pedri que se había movido y tenía un brazo estirado en el hueco donde estaba Pablo como si hubiese estado buscándole en sueños. Sonrió enternecido y le apartó el pelo de la frente con delicadeza para no molestarle. Bajó los dedos por su mejilla y sintió sus latidos acelerarse cuando Pedri sonrió dormido. Recordó la noche anterior y lo perfecto que había sido todo, lo bien que le había hecho sentir y lo a gusto que había estado en todo momento. Se quedó unos minutos observándole, repasando con su mirada la cara del canario totalmente relajada, mientras intentaba entender qué era lo que le estaba pasando. Pedri suspiró girando la cara hacia su mano como pidiendo más caricias de forma inconsciente y Pablo sintió que se le iba a salir el corazón del pecho. No lo vio venir, el pensamiento que inundó su mente en ese momento, no fue capaz de pararlo y supo que una vez lo admitiese ya no había vuelta atrás.

Creo que me estoy enamorando de ti, quizás siempre lo he estado.

Y se quedó sin respiración cuando se dio cuenta de lo que realmente sentía por Pedri. De lo muchísimo que le quería y todo lo que significaba para él. No podía engañarse a sí mismo y seguir llamándolo atracción, cariño o cualquiera de las tonterías que intentaba decirse para no admitir que, en el fondo, sabía que era amor. Amor con todas y cada una de sus letras. El canario se había adueñado de su mente y de su corazón en muy poco tiempo y le aterraba lo rápido que habían crecido sus sentimientos. Y si antes ya le daba miedo lo que pudiese pasar entre ellos, ahora parecía que se ahogaba al pensarlo. Ni si quiera le habían puesto nombre a lo que tenían y Pablo ya estaba deseando pasar toda la vida a su lado. Era demasiado. Demasiada intensidad y demasiado pronto. Sabía que no podía controlar sus sentimientos y que era inútil intentar frenarlos. Pero pensar en que para Pedri igual no era lo mismo, que a lo mejor no sentía tanto por él o que se arrepentiría en algún momento, le comía por dentro y le llenaba de miedos. Apartó su mano del contrario y se la pasó por los ojos intentando calmarse, pero se le había acelerado la respiración y estaba empezando a agobiarse. Miró a Pedri una vez más y la presión que volvió a sentir en el pecho le hizo levantarse de la cama y buscar su ropa por la habitación. Necesitaba espacio, necesitaba pensar, necesitaba alejarse de la presencia del canario que le nublaba la mente. Así que se vistió rápido como pudo y se obligó a no volver a mirar hacia la cama mientras salía de la habitación con cuidado de no hacer ruido. Sentía que le iba a explotar el corazón y se apoyó en la pared del pasillo intentando respirar con normalidad. No quería estar solo y únicamente se le ocurrió un sitio al que ir, así que se dirigió hacia la habitación de su amigo rezando porque estuviese despierto. Llamó a la puerta impaciente, varias veces seguidas, hasta que finalmente escuchó pasos acercarse y protestas al otro lado de la puerta.

-Para un día que puedo dormir más - Se quejó Ansu abriendo la puerta y frotándose los ojos antes de mirar al sevillano, pero en cuanto se fijó en la expresión de su cara, se despertó de golpe mirándole con preocupación - Gavi ¿qué pasa?

-Ansu - Susurró mirándole con un agobio y unas ganas de llorar que le oprimían el pecho.

-Ven, entra entra - Dijo cogiéndole del brazo para meterle en la habitación y cerrar la puerta, poniendo las manos en sus hombros y buscando su mirada con el ceño fruncido - ¿Qué ha pasado?

Y Pablo no aguantó más, dejando escapar el sollozo que llevaba conteniendo desde que se había levantado de la cama de Pedri. Se dejó caer en los brazos de su amigo que le abrazó preocupado, dejándole llorar en su hombro mientras intentaba entender lo que estaba pasando.

Cafuné | Pedri & GaviDove le storie prendono vita. Scoprilo ora