20.- Te amo.

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La canción que he puesto en multimedia es súper bonita y me parece que refleja muy bien el punto de vista y los sentimientos de los dos. Como si Pedri dijese lo del chico y Pablo lo de la chica y se estuviesen contestando el uno al otro 🥺

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Estaba deseando ir a casa de Pablo y contárselo todo, pero necesitaba antes un poco de tiempo para organizar el caos en su mente. El subidón del momento le impedía pensar con claridad y necesitaba encontrar la mejor manera para hacer lo que más quería, recuperar a Pablo. Así que decidió ir antes a casa para relajarse un poco, pensar tranquilamente y después, iría a por Pablo. Había sido uno de los mejores momentos de su vida y Pedri estaba por las nubes, pero no le había dado tiempo a pensar, no había procesado aún lo que acababa de hacer. Lo había conseguido, había conseguido lo que tanto llevaba deseando y aún no se lo terminaba de creer.

Sin embargo, en cuanto llegó a su casa y aparcó el coche en la entrada, distinguió una figura en la puerta y su corazón se aceleró de golpe. No podía ser Pablo, no tenía sentido que estuviese ahí, pero por un momento se permitió creer que lo era. Que Pablo había leído su carta y había venido a verle. No tenía muy claro qué haría si eso pasaba, no sabía si estaba preparado para enfrentarse a esa conversación y a esos sentimientos, pero la necesidad de saber si era él le hizo reaccionar.

Salió rápido del coche, incapaz de pensar en nada mientras se acercaba, y en cuanto pudo ver quién era, se quedó sin aire. Se había equivocado por completo al pensar que no podía ser él, porque Pablo estaba ahí delante de sus ojos, sentado en las escaleras de la entrada a su casa. Y Pedri no supo cómo reaccionar. Se quedó sin palabras y fue incapaz de moverse mientras miraba al menor con el corazón acelerado y su cuerpo colapsado por los nervios.

Estaba ahí, Pablo había ido a su casa y un sentimiento de tristeza enorme le invadió al ver su apariencia. Estaba sentado en las escaleras, esperándole, y aunque llevaba la capucha de la sudadera puesta, Pedri pudo ver sin problema como sus ojos estaban llenos de lágrimas. Le miraba en silencio, como si tampoco tuviese claro qué decir, y su cuerpo temblaba. Pedri le conocía lo suficiente como para saber que era por los nervios y la imagen que tenía delante era tan triste que su corazón protestó. Su niño estaba ahí, estaba llorando, tenía cara de no haber dormido en meses y le partía el alma verle así. Llevaba en su mano la carta de Pedri y la sujetaba contra su pecho como si tuviese miedo a soltarla, como si necesitase tenerla cerca.

Ninguno de los dos supo reaccionar durante unos segundos largos, mirándose en silencio y sintiendo la distancia entre ellos como si fuesen kilómetros. Hasta que Pedri se obligó a sí mismo a decir algo, aunque no fue capaz de formular nada más que su nombre.

-Pablo - Dijo como si necesitase comprobar que era él, que de verdad estaba ahí. No podía casi respirar ante la inmensidad de todo lo que estaba sintiendo. Pablo tragó saliva y bajó la mirada al suelo unos segundos antes de volver a mirarle.

-Hola - Contestó con un hilo de voz, débil y triste, mirándole lleno de dudas, arrepentimientos y sobre todo, cariño. Se mordió el labio nervioso y subió la mano que no estaba sujetando la carta a su cara para secarse los ojos con la manga de su sudadera. Quería dejar de llorar, pero no podía, no había parado desde que había empezado a leer la carta. Realmente no había dejado de hacerlo desde esa mañana.

-Eh... - Murmuró sin saber muy bien cómo continuar. Quería envolver a Pablo entre sus brazos, abrazarle con fuerza y protegerle de todo. Quería consolarle y besarle hasta que dejase de llorar, pero no podía, porque sabía que tenían mucho de que hablar. Y no tenía ni idea de lo que estaba pensando Pablo. No sabía si estaba ahí para tirarle la carta a la cara y mandarle a la mierda, cansado de todo y sin fuerzas para seguir. O si estaba ahí para darle una oportunidad más. No consiguió reaccionar hasta que el viento hizo que Pablo se estremeciese y se dio cuenta del frío que hacía y de que el sevillano solo llevaba una sudadera puesta - ¿Quieres pasar?

Cafuné | Pedri & GaviWhere stories live. Discover now