GOL ( Pedri González )

Capitulo cinco: TikTok

Narra Pedri

—¿Cuando crees que se recuperará?

¡Esa voz es de Gavi!

—Ni idea, pero esperemos que pronto.

¡Y esa la de mi madre!

Los escucho pero con los ojos aún cerrados, los parpados me pesan  demasiado como para abrirlos de golpe
por lo tanto voy poco a poco...
En cuanto los dos me ven moverme se abalanzan sobre mi, poniendo toda la atención posible.

—¿Como estás, cariño? —pregunta mi madre agarrándome la mano.

Mi mente reacciona al momento.

¡La operación! La anestesia me ha dejado tan aturdido que ni me acordaba.
Me llevo las manos a las piernas rezando para que esten las dos.
Y gracias a dios mis manos las tocan y las palpo lentamente para asegurarme de que estén enteras.

Aún sigo ingresado en el hospital.

—Bien, supongo que mejor —digo mirándome el cuerpo.

Tengo escayolas en casi todo el cuerpo, un collarín y vendas en todos los sitios visibles.

—Te dije que no te fueras solo —me recalca Gavi en regañadientes

Me llevo las manos a la cabeza, ya me está empezando a doler.

—Lo siento hermano, llevabas razón —le confieso.

Él me regala una de sus tipicas medias sonrisas heróicas.

—Cariño, voy a ver cuanto le falta al doctor para venir —dice mi madre dándome un beso en la frente.

Yo miro alrededor de la habitación del hospital, no hay nadie. Solo Gavi.

—¿Y mi hermano? ¿Y mi padre?

—En vuestra casa, llevas durmiendo dos días y tenían que ir a ducharse. Yo acabo de llegar. Que suerte ¿eh? vengo y reaccionas... Si es que me quieres tanto que te has despertado al escucharme.

Yo ruedo los ojos pero el idiota con su ego me hace reír y la verdad que me hace falta en estos momentos.

Luego desvía su mirada hacia el móvil. Por la música y lo rápido que mueve el dedo de arriba hacia abajo sobre la pantalla deduzco que está en TikTok, para variar.

Tiene una especie de adicción enfermiza por la aplicación.

—Tio ¿Has visto este video? —dice mientras gira el móvil.

—Pues mira si lo han subido mientras que me estaban operando, seguro que no —digo con una sonrisa forzada.

Él suelta una carcajada y luego me lo muestra.

Oh dios, otra vez no.

—Tio ¿sigues todavía con mirando esa cuenta? —digo con una voz ahogada.

—Si es que está chavala es una máquina en el fútbol —dice mientras desvía su mirada a la pantalla de nuevo.

Lleva un mes obsesionado con una niña que hace trucos con el balón, sube videos en sus partidos con regates y tal.

Todos los días me enseñaba algún video nuevo. Es verdad que juega sorprendentemente bien pero no para estar todo el día pegado al móvil.
Incluso pueden que sean editaciones o vídeos trucados.

—Tio, ten cuidado que no puedes darle me gusta ni nada por el estilo —le recuerdo.

—Tranquilo, estoy aconstumbrado a ser un futbolista famoso, eh —dice guiñándome un ojo.

Agarro mi móvil y automáticamente Gavi recae en mi acto.

—¿Vas a ver sus vídeos? —dice eufórico.

—¡NO! —le digo arto —. ¿Por qué te impresiona tanto? ¿No está ni en primera no?

Él me niega para luego seguir explicándome la vida de una persona que no me importa.

—Me gusta ver los videos, hace cosas con el balón increíbles y su equipo está en segunda casi en tercera para ser exactos.

Resoplo con aires de superioridad.

—¿Te he enseñado este? —dice intentando darme el móvil.

Pero yo le freno con la mano, no quiero ver más videos, ni tampoco que me de más la lata con esa niña, la detesto de tanto que me ha hablado de ella.