Capítulo cincuenta y dos: Culers

546 60 81
                                    

Narra Carla

Admiro mi capacidad de soportar a gente que se merece una patada en la cara.

Luego me dicen antisocial, no me extraña que lo sea si al final siempre que me abro emocionalmente a alguien me termina decepcionando.

Te quitan las ganas de ser cariñosa, te quitan las ganas de ser atenta, te quitan las ganas de dar amor, te quitan las ganas de todo y después te preguntan porque eres así.

Pero bueno, si hasta mi propio padre me hace sentir como basura ¿por qué voy a esperar algo del resto del mundo?

Estoy en la estación de tren y si soy sincera no sabía cual tomar, ni a qué destino ir. El martes tenemos un partido de fútbol contra el FC Barcelona Femenino ¿Hay mejor manera de debutar? Yo creo que no, lo voy a disfrutar y mucho.

Las chicas de mi equipo mañana viajan hacia Barcelona y la verdad me parece una tontería ir a Madrid para luego en unas horas viajar a Barcelona de nuevo, por lo que he llamado al club para preguntarles si podía ir directamente hacia allí y les esperaba. Ellos aceptaron, de hecho se propusieron a cubrir los gastos del transporte y del hotel hasta que las demás llegasen.

Aunque el partido sea el martes siempre solemos entrenar un día antes en el campo del rival para aconstumbranos al campo, pero yo incluso me he adelantado a eso, porque tengo algo más que hacer en Barcelona;

Hablar con Gavi.

Tengo que averiguar la razón de el porque me ha dejado de hablar.

No quiero insistirle, de hecho no lo voy a hacer, solo quiero preguntarle porque me dejó de hablar tan de repente.

Para eso he hablado con Ferran que por suerte dijo que le había caído bien y me contestó al segundo por el direct de Instagram.

Le pregunté donde podría encontrar a Gavi y me dijo que estaba en el estadio del FC Barcelona arreglando unos papeles de renovación.

Por lo que ahora nos encontramos entrando al estadio del FC Barcelona donde Ferran ha conseguido colarme a escondidas.

Debo de admitir que me está dando mucho asco entrar aquí. Ver por todas partes el escudo, los premios, fotos de los jugadores, por favor esto es el infierno para cualquier Madridista.

—Mira está ahí —dice Ferran cuando terminamos de subir unas escaleras muy estrechas hasta la segunda planta.

A lo lejos se ve a Gavi caminando de espaldas mirando al móvil.  Lleva una camiseta del Barcelona antigua y unos pantalones vaqueros ajustados.

Miro a Ferran y le agradezco inmensamente el favor que me acaba de hacer. Sin él no podría haberme colado en el campo del Barcelona.

Ferran se marcha por donde ha venido dejándome sola con este papelón que se va a formar.

Camino despacio acercándome a Gavi, él no se da ni cuenta. Cuando ya estoy casi tocando su espalda miro alrededor para asegurarme de que no haya nadie y lo único que veo es una pequeña puerta donde guardan todos los materiales de los entrenamientos y es cuando ahí veo mi oportunidad.

Abro la puerta y agarro a Gavi por la espalda para empujarlo hacia dentro, todo es tan rápido que ni si quiera se había dando cuenta de quién soy.

Al entrar al cuartito cierro la puerta a mis espaldas y enciendo la luz.

Gavi al verme se queda en shock, abre y cierra la boca en el acto, me mira asombrado; con los ojos abiertos como platos.

—¿Qué mierda haces aquí? —.me pregunta nada más verme.— DIOS ¿has entrado al campo del Barcelona con una camiseta del Real Madrid puesta? ¿En serio?

Miro hacia abajo observándome, para ver lo que llevo puesto.
Luego me restriego las manos sobre el rostro. No me acordaba de que me había puesto la camiseta del Real Madrid, con las prisas ni si quiera me ha dado tiempo a cambiarme. Vengo directamente desde la estación de tren solo para hablar con Gavi.

Con razón todos los trabajadores del FC Barcelona me miraban raro al entrar.

—No me ha dado tiempo a quitármela. He venido para hablar contigo.

—¿Conmigo? Has venido hasta aquí sólo por mi? —pregunta metiéndose las manos en los bolsillos, su mirada es engreída.

—No exactamente, tengo un partido contra el Barça femenino el martes... Digamos que he adelantado el viaje —le digo apoyándome en la pared, tanto correr pasa factura y si a eso le sumamos que no he dormido casi nada.

—Vaya, vaya Carlita. Recorriendote el país para solo hablar con un jugador del Barcelona ¿quien lo diría? —dice acercándose despacio hacia a mi.

—Por lo menos muestro interés, no como tú —le reclamo cruzándome de brazos.

—Uuh que ataque ¿Te dolió que te dejara de hablar o qué? —dice mientras se peina el pelo con las manos.

Su actitud me parece repulsiva; es el tipico niño engreído con aires de chulo que solo le intenta gustar a todas, sin embargo hay algo que me sorprende, y es que en el fondo me llama la atención

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Su actitud me parece repulsiva; es el tipico niño engreído con aires de chulo que solo le intenta gustar a todas, sin embargo hay algo que me sorprende, y es que en el fondo me llama la atención.

—Eres un estúpido. Culer tenías que ser —le digo molesta.

—Ten cuidado con lo que dices Carlita

De repente se acerca hacia a mi y se coloca enfrente, apoya sus brazos en la pared teniéndome acorralada entre ellos.
Puedo sentir su respiración sobre mi y no puedo evitar mirarle los labios.

Se que intenta ponerme nerviosa y aunque lo esté consiguiendo hago acto de voluntad para actuar como que no me interesa lo más mínimo.
Me mantengo firme y no paro de mirarle a los ojos.

—Vaya tienes huevos a acercarte a mi pero no tienes para mandarme un maldito mensaje explicándome que  ibas a dejarme de hablar —digo con una voz firme.

Cuando escucha esto se retira rápidamente y se deja de juegos. Su rostro pasa a ser totalmente serio y pensativo. Se aleja unos pasos y mientras que me señala con el dedo índice me dice;

—Así que es eso ¿piensas que te he dejado de hablar solo por que sí?

Asiento y me mantengo seria aún con los brazos cruzados. Al ver que no hago otro comentario continua él hablando.

—Yo quería seguir hablándote pero fue Pedri quien me dijo que no lo hiciera —su voz suena ahogada y cabiz baja.

—¿Cómo? ¿Qué has dicho? —pregunto incrédula.

No me creo que esté pasando lo que yo creo. Como Pedri le haya obligado a Gavi a dejar de hablarme, prometo que me va a escuchar.

Me puedo llegar a enfadar muchísimo si esto fuera así, ¿Quién se cree para hacer eso?

—Que Pedri me dijo que si te seguía hablando dejaría de ser mi amigo. Y yo bueno... quería hablarte pero él lleva siendo mi amigo desde que llegué a Barcelona. Sentía que si te hablaba sería como una especie de traición. Según por lo que él dice; te odia y eres su mayor enemiga —me explica.

Y es cuando de repente siento como toda la ira recorre por mis venas.
Posiblemente este ahora mismo más enfadada que nunca.

—¿Te has traído tú coche? —le pregunto a Gavi.

—Si ¿Por qué? —pregunta frunciendo el ceño.

—Llévame a la casa de Pedri.

GOL ( Pedri González )Where stories live. Discover now