Capítulo cincuenta y uno: Huracán

534 59 62
                                    

Narra Pedri

El miedo es la emoción más difícil de manejar.
El dolor lo lloras.
La rabia la gritas
¿Pero el miedo? Él te atrapa silenciosamente en tu corazón y te mantiene esclavo sin poder hacer nada.

El miedo es una muralla que separa lo que eres y lo que sientes.

Y por eso me separo de Carla.

—No... No me importas —le contesto rehuyéndole la mirada.

Carla me da un empujón para alejarse en el impulso.

—Soy una idiota —dice con un hilo de decepción en su voz.

Si alguna parte de mi corazón todavía  sigue en pie, después de oírla hablar así, se derrumba.

—Carla es que... —intento explicarle pero no me deja acabar.

—¿¡Cómo te voy a importar?! Si me odias. Es una tontería, dejalo —dice saliendo del mar hacia la arena.

El corazón me va a toda velocidad y no por nada bueno.
Cuando la miro a los ojos de nuevo, distingo algo en ellos que nunca había visto. Y creo que es decepción.

Agarra la toalla con la cabeza cabizbaja. No se atreve a mirarme. Salgo del mar para intentar seguirla.

—Ponte mi camiseta que está seca, me la quité antes de tirarte al agua.

—No —me contesta tajante

—Te vas a resfriar como sigas mojada. Ponte mi camiseta —se la tiendo en la mano.

Se da la vuelta para mirarme, luego me agarra la camiseta para tirarla al suelo de un fuerte movimiento.

—No quiero nada tuyo Pedri —inquiere y enseguida se por donde van los tiros.

— ¿Es por qué te he dicho que no me importas? ¿Pero y a ti que más te da? Si supuestamente me detestas. Te hago un favor mandándote a la mierda.

Me parece que he sido demasiado brusco con esto último que acabo de decir porque veo como se pone tensa a pesar de querer disimularlo.

¿Pero y que hago? Es mi mayor enemiga desde en el momento en que la conocí, nunca me podría llegar a gustar, o al menos eso creo.

¿Me importa? Puede ser pero, lo justo y necesario como cualquier otra persona. Solo me preocupo por la gente porque son los valores que mis padres me enseñaron, o al menos de eso me intento convencer.

De repente intenta hablar y las palabras le cuestan salir. Está haciendo fuerza de voluntad para hablar sin llegar a llorar. Lo sé porque la conozco.

—No es porque seas tú.  Es simplemente que pienso que la forma más cruel de herir a alguien es hacerle creer que le importas y luego dejarla tirada —explica Carla con una voz ahogada.

Suena tan decepcionada que siento como me quema por dentro esta conversación.

No se porqué pero a mi también me está doliendo esto.

A los segundos Carla se vuelve a dirijir a mi.

—Tu amigo Gavi hizo lo mismo ¿sabias? Hizo como que le importaba mis inseguridades y mis traumas y luego desapareció del mapa, pasando de mi. Al final yo llevaba razón al pensar que todos los del FC Barcelona sois unos idiotas e imbéciles.

Trago saliva. Si supiera que fui yo el que le pidió a Gavi que no le hablara no se lo que podría llegar a pasar.
Sería un horror si Carla se enterara de eso. Mi vida correría peligro.

—Hazme un favor y a ver si es verdad que después de esto no vuelvo a verte más. No vuelvas a cruzarte en mi vida —vuelve a decir Carla para luego comenzar andar hacia su casa.

GOL ( Pedri González )Where stories live. Discover now