Capitulo cuarenta y seis: El supuesto beso

519 58 48
                                    

Narra Carla

Escuchar a Pedri decirme en el oído que me va a besar delante de mis padres hace que esté tensa todo el rato. No he levantado la mirada de la cena desde que me senté.

Mi padre, mi madre y mi hermano se sentaron enfrente, sin embargo Pedri y yo estamos sentados juntos.

Quiero dejar claro que no soy idiota, y que se que Pedri está intentando ponerme nerviosa para vengarse de la mentira que le molestó tanto.

Mientras que estoy apunto de llevarme la cuchara llena de sopa a la boca noto como la mano de Pedri pasa por debajo de la mesa para acabar en mi muslo.

Suelto la cuchara del tirón sorprendida y es cuando toda mi familia me miran con los ojos de par en par.

—¿Estás bien hija? —suena la voz de mi padre.

Asiento para luego mirar a Pedri de reojo haciendo que sus ojos conecten con los míos. Es extraño porque tiene su mano sobre mi pierna y es algo que no me desagrada, al revés me está causando un leve cosquilleo por todo mi cuerpo.

—¿Cuanto llevais juntos? —pregunta mi madre mientras corta un trozo de pan.

—Eh... —balbuceo sin saber dar una respuesta.

De repente Pedri sale al rescate y responde por mi.

—Tres meses y medio —dice con seguridad.

Suspiro algo aliviada, esto en lugar de una cena familiar parece un interrogatorio policial.

Miro a Juan, quien se está constantemente aguantando la risa al otro lado de la mesa.

De repente noto como la mano de Pedri comienza a moverse por mi muslo despacio, me acaricia lentamente.

—¿Qué mierda haces? —le digo con la boca entrecerrada y la voz baja para que no se enteren mis padres.

—Acariciarte. Vaya ¿te incómoda? No lo sabía, en serio —dice con una sonrisa pícara.

Ruedo los ojos está más que claro que esto lo está haciendo a propósito.

—¿Y como os conocisteis? —prosigue mi madre al interrogatorio del año.

Estoy justo por hablar cuando Pedri me frena en seco para seguir él.

—Pues estaba en el hospital por un problema que tuve y bueno allí apareció su hija, y la verdad que no se... tuve una especie de conexión extraña pero a la vez bonita... se podría decir que fue un amor a primera vista —dice mirando su plato.

Dejo de comer inmediatamente para mirar a mi hermano quién tiene ojos de sorprendido. El tono sincero de Pedri me ha extrañado, cualquiera diría que está actuando.

—¿Y porque estabais en el hospital? —pregunta mi madre.

Mi hermano se empieza a poner nervioso recordando que él fue la causa de que acabáramos en el hospital y que Pedri y yo nos conocieramos.

—Mamá por dios no seas tan cotilla —replica mi hermano intentando que no se entere de el porqué acabamos en el hospital.

Si se llega a enterar mi madre que todo fue por Juan y su irresponsabilidad, seguro que lo llegaría a castigar de por vida.

Me río ante la situación para luego recaer en Pedri. Él me mira también y es cuando me sonrie, nunca habíamos intercambiado una sonrisa hasta ahora.

Ambos nos quedamos mirando durante unos segundos y espero que mi mirada sincera sirva como agradecimiento a lo que acaba de decirle a mi madre.

Se que Pedri me odia y por ello comprendo que tiene que ser difícil disimular como que es mi novio.

Aunque todavía tiene la mano posada en mi muslo a pesar de que se haya distraído hablando con mi padre y mi hermano.
Aún la mantiene y me hace pensar que ya lo hace porque quiere, no por la venganza que tenía en mente.

Es cuando entonces todo parece torcerse y complicarse porque mi padre comienza a sospechar.

—¿Por que no has querido presentarle tu novio a Laura?  Porque se perfectamente que lo habeis escondido en el cuarto.

Mi hermano y yo nos miramos asustados sin hablar, Pedri tampoco intercambia palabra alguna no sabe que decir. Mi padre al notar el silencio prosigue hablando.

—Y la verdad... ahora que lo pienso para ser novios ni si quieras os habéis besado en toda la tarde y tampoco ahora, ni una muestra de cariño... —dice frunciendo el ceño.

Mierda. Creo que nos va a pillar hasta que Pedri actúa con una naturalidad que hasta me llega a sorprender.

—Eso tiene fácil solución yo agarro a su hija ahora mismo y la beso. Es sólo que... como estabais ustedes delante no queríamos ser inapropiados —dice Pedri con la voz temblorosa.

—Por nosotros no te preocupes hijo. Puedes besarla tranquilamente.

Y es cuando Pedri me mira fijamente para avisarme con sus ojos de que llegó el momento de besarme.

GOL ( Pedri González )Where stories live. Discover now