Capítulo doce: Perseguir sueños, no es fácil

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Narra Carla

Si hay algo que me caracteriza como persona es lo insistente que soy con todo lo que me propongo.

El árbitro pita el final del partido y debería dirigirme al vestuario para escuchar la regañina de la entrenadora pero no lo hago, en lugar de eso, voy al parking que hay en el campo rezando para que el presidente del Real Madrid aún no se haya ido.

Necesito hablar con él, seguro que si le explico que estaba un poco despistada quizás pueda llegar a entender que todos podemos tener un mal día.

Seguro que lo consigo convencer.

El parking está totalmente vacío, acaba de terminar el partido por lo que a nadie le habrá dado tiempo de bajar para irse. He corrido más que nunca para intentar llegar a tiempo.

En el fondo del lugar puedo distinguir un coche gris que está comenzando a arrancar, de nuevo, corro hacia él y me avalanzo sobre el capó.

Suerte que no iba a mucha velocidad, si no estaría ahora mismo atropellada.

El conductor se asoma a la ventanilla mientras que me mira como si fuera una loca recién salida del manicomio.

Que por los pelos despeinados que llevo cualquiera lo confirmaría.

—¿Qué estás haciendo? —me pregunta sin esmero.

Al verle el rostro confirmo que es la persona que buscaba.
El presidente del Real Madrid.

—Perdone que le moleste pero tenemos que hablar —pruebo, pero no parece convencido, Mierda.

—No tengo nada que conversar chica. Ahora si te quitas y te mueves a un lado para poder seguir conduciendo te lo agradecería.

—Por favor, necesito que me escuche —le digo mientras me acerco a la ventanilla.

—He visto suficiente y ahora me tengo que ir.

—Yo normalmente juego mucho mejor que hoy, señor. Se lo aseguro. De verdad, he crecido mucho en muy poco tiempo. Puede preguntarle a quien quiera. Deme otra oportunidad —me tiembla la voz—. Todos podemos tener un mal día ¿no? Usted lo entiende ¿verdad?

—No.

Oir esa respuesta hace que el corazón me de un vuelco y me entre ansiedad.
Mi sueño se está a punto de marchar delante de mis narices.

—Para jugar en un equipo como el Real Madrid no se puede tener fallos, ningún día, ni en ningún momento. Resumiendo; nunca. Un equipo como el nuestro no se merece los errores que tu has cometido hoy. Lo siento pero no estás dentro. Has perdido tu oportunidad —dice mientras arranca y termina de irse.

Apoyo mi espalda en una de las paredes del parking y me resbalo en ella hasta lograr sentarme, mientras que escucho al coche salir del lugar.

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GOL ( Pedri González )Where stories live. Discover now