Una pequeña riña

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Jane


El agua caliente caía sobre mi espalda en un intento de relajar los músculos. Necesitaba calmar la tensión que tenía tras un día largo. Un día de esos donde nada te sale nada bien y aunque intenté que el refrán "Al mal tiempo buena cara" me hiciera el día más ameno, me di cuenta de que es un término que está mal utilizado.

Al mal tiempo hay que ponerle lágrimas o en su defecto, mostrar algo de tristeza, porque no se debe suprimir las emociones, ni hacer como si nada ha pasado; muy por el contrario, las emociones se deben reconocer y manejarlas lo mejor que se pueda.

Después de todo, en un mal día, podemos hacer millones de cosas y en vez de complicarnos o quejarnos porque nos va mal, debemos buscar una solución que nos ayude a convertir ese mal día, en un día más llevadero. De lo contrario, esas emociones negativas nos estallarán en la cara.

—Cariño, ¿Te preparo un té caliente? —escuché, al sentir como Alondra abrió la puerta.

—No, aunque agradezco la intención —respondí, al cerrar el grifo.

—¿Quieres ver una película? —sugirió, al pasarme la bata de baño.

Estaba tan cansada mentalmente, que no quería hacer otra cosa que no fuera tirarme a la cama para descansar. Había sido un día estresante, un día en donde tuve que sacar la cuenta mensual y ver que tuve una reducción significaba en las compras. También había una pequeña devaluación del dólar que podía traerme problemas a futuro y para completar, tuve que resolver el retraso de un envío de flores a la capital.

Sin embargo, me di a la tarea de mantener la mentalidad de "Pulgares hacia arriba" para generar energías positivas y que, de alguna manera, pudiera tener un mejor día mañana.

—No, cariño, ¿Te molesta si lo vemos otro día? —dije, sin la intención de hacerla sentir mal.

—Entiendo —dijo, algo desilusionada.

—Lo haremos mañana, te lo prometo —tomé su mentón para que mi mirase.

—¿Por qué me estás evadiendo? —

—No lo hago cariño, solo estoy cansada —besé sus labios.

—¿Sigues molesta por lo de hace unos días? —me dedicó una mirada triste.

Sin querer, descubrí que estaba hablando con una de sus ex, tal como si fueran las mejores amigas y aunque mi inglés estaba algo oxidado, entendí perfectamente que aquella chica le pedía que fuera a visitarla porque la extrañaba y porque no había encontrado a alguien que la complaciera en la cama como Alondra lo hacía.

Se supone que cuando comienzas una relación, tienes que centrarte en el futuro, no en el pasado, pero a veces no todos hacemos lo mismo. Me dolía un poco su actitud, no lo voy a negar, pero era algo que se me escapaba de las manos.

—No quiero hablar sobre el tema —dije, al girarme y coger una toalla para secarme el cabello.

—Entonces, ¿Cuándo podemos hablar? —pronunció.

—Como te dije la última vez, si mantienes contacto con ella, es porque hay algo que yo no te estoy dando —vi su reflejo por el espejo.

La verdad, no me molestara que hablara con su ex, porque sabía lo que tenía con ella, por algo era mi novia, pero lo que si me molestaba es que hablara a escondidas, tal como si me estuviese ocultando algo.

—Jane, no digas ese tipo de cosas, por favor —su voz, sonaba algo triste.

—Sabes que digo la verdad, es como si yo estuviese hablando a escondida con mi ex y no te comenté nada —la encaré.

Momentos "Mi segundo amor"Where stories live. Discover now