Una mirada atrás

34 1 1
                                    


Jane


—¿Por qué me has dejado sola en la cama? —preguntó mi esposa, al dejar un beso en mi cuello.

Sus brazos rodearon mi cintura y fue inevitable que mi piel se erizará, al sentir la desnudez de su cuerpo contra el mío. Había pasado nueve años desde la graduación de nuestra pequeña Francy y cinco años de nuestra boda. Ambas habíamos madurado como pareja, nuestra relación se fortaleció con el paso de los años, así como ese amor que nos teníamos, un amor que ninguna de las dos espero, sino que nació de la nada y de la manera menos esperada. Creo que si alguien pudiera volver en el tiempo y me confesaría que me volvería a enamorar, tal vez no se lo creería. Porque seguramente estaría tan sumergida en mi pasado que me negaría a darme otra oportunidad con alguien más.

—Cariño—susurró, al mismo tiempo que acarició mi abdomen—¿Hace cuánto estás despierta? —no tardó en preguntar.

—Lo suficiente como para observar el amanecer, mientras tú dormías —respondí, sin apartar la vista de la ventana.

—Sabes que adoro verte desnuda, pero debemos alistarnos o se nos hará tarde —mencionó, al mismo tiempo que me dejó un beso en mi hombro.

—Lo sé, pero quiero estar un rato más a tu lado —confesé.

—Creo que te he consentido demasiado —dijo, mientras sentí como olfateaba mi cuello.

—Tal vez—me giré para perderme en su mirada—Me encanta cuando haces eso —besé sus labios.

—¿El qué? —pronunció.

—Olfatearme, como si quisieras registrar mi aroma en tu memoria —acaricié su mejilla.

—Me gusta hacerlo—me regaló una sonrisa—No tengo la culpa de que tengas un aroma exquisito —sonrió.

—Quisiera irme de viaje contigo para disfrutar una segunda luna de miel —le propuse.

—¿Y quién dice que no podemos hacerlo? —elevó su ceja a modo de reto.

—Tus obligaciones en el conservatorio —dije con desdén.

Hace unos meses, nuestra amiga Brenda, había decidido jubilarse y, por consiguiente, mi esposa era una de las candidatas para asumir su cargo. Un cargo que Alondra había añorado hace unos años y ahora que estaba por cumplir su sueño, no quería arruinarlo por un simple viaje.

—Cariño, mis obligaciones son las mismas desde que nos conocemos—besó mi nariz—Si lo que te preocupa es que no pueda optar por el cargo que tanto he añorado, es algo que he venido pensando y la verdad, es que ya no deseo postularme —rodeó mi cintura con fuerza.

—¿Cómo?—manifesté sorprendida—Pero si hasta no hace mucho añorabas ese puesto —añadí.

—Lo sé—dijo, mientras me llevó a la cama otra vez—A estas alturas de mi vida, tengo todo lo que he podido desear y no quiero cambiar nada de eso por un simple cargo en el conservatorio—sostuvo mis manos—A tu lado he aprendido a vivir un día a la vez y disfrutar de los pequeños detalles. Así que, si aún sigue en pie tu oferta, me gustaría irme de viaje contigo, después de que pase todas las actividades académicas —me regaló una sonrisa.

—Por supuesto que sigue en pie—sonreí—Me encargaré de comprar los boletos de avión y hablar con las chicas —mencioné, con mucha ilusión.

—No sé diga más, muero por disfrutar esa segunda luna de miel—acortó la distancia para darme un dulce beso—Te quiero —dijo, en medio del beso.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Feb 24, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Momentos "Mi segundo amor"Where stories live. Discover now