09: Tristeza nocturna.

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Mr. Kitty— after dark.

Dante y yo intercambiamos una mirada, antes de que él regresará su atención a su padre, que le hablaba notablemente disgustado. Estaba tan concentrada en él, en lo que podría estarle diciendo a su padre, que no me di cuenta de que la detective Morgan y su compañero se encontraban a un lado mío. 

Eliza ya se encontraba hablando con los oficiales, por suerte estaba despierta, al igual que la ama de llaves, que en cuanto los policías comenzaron a llegar; salió de la cama, para preparar café para todos. 

Me siento acorralada, siento una sensación de ahogó y que en cualquier momento me derrumbarde. 

—Señorita Brown, necesitamos que responda algunas preguntas —aviso la detective Morgan, —¿Tiene alguna idea de cómo llegó Sinna Bellisario a su jardín?

—Ninguna, yo me encontraba en cama hasta hace apenas una hora —me límite a responder —todo este tiempo he estado en compañía de Dante Bovary, el puede corroborar lo que acabo de decir. 

Por suerte, Dante y su padre llegaron hasta nuestra dirección. El sheriff no se ve muy contento, mientras no sé reconocer lo que el rostro de Dante expresa. 

—Nosotros estamos juntos —afirmo Dante, pareciendo haber escuchado lo que dije. 

—¿En qué sentido? 

—Pues, juntos —me límite a responder, ¿Que más necesita saber? 

—Si, pero, ¿En qué sentido? 

—Muy juntos —respondi, sin entender a dónde quería llegar. 

El sheriff miró de reojo a su hijo, para después verme a mi, y sucesivamente regresar la mirada a Dante, que de un segundo a otro se miraba totalmente avergonzado. 

Y como si las cosas no pudieran empeorar más, Eliza entró en escena. Aún vestía la ropa con la que cenamos, estaba impecable, como si nunca se hubiera ido a la cama. 

—¿Que está pasando aquí? —pregunto, en cuanto llegó.

—Aparentemente, Sinna Bellisario está muerta —respondi, con incomodidad. 

—Esa ya lo sé, me refiero a lo que pasa entre el hijo del Sheriff y tú —explico, a la vez en que la señora Simpson pasaba por nuestro lugar entregando tazas de café, que muchos tomaron sin pensarlo dos veces. 

Pobre ama de llaves, se merece un aumento y menos horas de trabajo. 

—¿Que pasa de qué?

—¿Que relación hay entre mi hijo y usted, señorita Brown? —pregunto el sheriff, me tomó un largo segundo pensar mi respuesta, para al final ver a Dante.

—Creo que su hijo es quien debería de responder esa pregunta, —me límite a responder, sintiéndome cada vez más acorralada. 

Sin embargo, Dante no dijo nada, dejó que cada uno sacara sus conclusiones. 

Eliza soltó un chillido, para después tomarme del brazo y atraerme hasta su dirección. Se mira escandalizada, asustada y sumamente preocupada.

—Mañana mismo te llevaré con un doctor —declaro, tomándome por sorpresa. —Mi miedo más grande cada ves está más cerca, pero, tranquila, haré todo lo que pueda, para prevenir un embarazo. 

—Exageras, solo somos amigos —comente, caundo caí en cuenta de lo que pasaba por la mente de Eliza. —Somos amigos, así que todos tranquilícense. 

El sueño me había abandonado, así que respondí unas preguntas más de los detectives con la presencia de Eliza, para después caminar hacia la ama de llaves. Ella es la más tranquila de la situación, solo se limita a responder algunas preguntas de los oficiales, para después encargarse de que todos tengan una taza de café y prueben sus galletas. 

¿Que Le Sucedió A Reike?Where stories live. Discover now