Epílogo.

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Nunca antes se había sentido tan desorientada como esa mañana, en la que despertó, cuando todo había terminado. No está segura si realmente todo aquello realmente pasó, o estaba en su imaginación. 

Mareike nunca antes había deseado nada como en ese momento, ella en verdad estaba desesperada por que alguien le dijera que todo había sido un mal sueño. Pero, durante su estancia en el hospital nunca nadie la visitó y mucho menos le aseguraron que aquello había sido un mal sueño. 

Matilde, la que ante sus ojos era su madre, solo iba un par de minutos cada día. Dante no se había aparecido ni una sola vez, y pese a que deseaba verlo, estaba más cómoda sin él ahí ya que no sabría que decir o cómo actuar después de todo lo que había vivido por su culpa. Quizás, un encuentro entre madre e hija hubiera sido inevitable, pero en esos días pasaron cosas de las que Mareike nunca podría hablar. 

No sabe cómo pasó, o qué pasó después de que la madre de Alyssa se hiciera presente, lo único que sabía era que ya todo había terminado. Había estado algunos días inconsciente, aún bajo el efecto de drogas, y en palabras de los doctores era mejor mantenerla en observación hasta que los riesgos bajarán. 

En cuanto despertó y su mente comenzó a trabajar a la velocidad de la luz, había sido capaz de atar los cabos y le gustará o no ya nada en su vida sería igual. Aún no estaba segura de si era algo bueno o malo, solo que el cambio sería inevitable, empezando porque su relación con Dante jamás volvería a ser la misma, aún si ella decidía perdonarlo. 

No le había costado entender las razones de Dante, pero, aún así, no podía evitar encontrarse furiosa con ganas de incendiar todo a su paso. La había entregado, la había traicionado por una chica que ni siquiera le daba la hora. 

Sabía que las acciones de Dante quedarían impunes, lo que había hecho no traería consecuencias a su vida. No iba a obtener justicia, era el hijo del comisario y le gustará o no su padre haría todo lo que estuviera en sus manos para que su hijo no cargará con la responsabilidad de sus acciones, contrario a Mareike que iba a tener que cargar con todo —aparentemente —sola. 

La mujer que la había criado y estado siempre con ella, no era realmente su madre. Era producto de incesto entre dos hermanos, y sus las que creía que eran sus medias hermanas, también eran sus primas a la vez. 

No tenía ni idea de que debería de hacer, o que decir, aunque tampoco es como si tuviera a alguien con quién discutir acerca de la situación. Nadie la visitó o se interesó por ella durante la primera semana en la que estuvo consulta, tampoco en la segunda, tercera o cuarta semana. Nadie la visitó en los treinta días que estuvo bajo observación, se convenció de que se debía a que había pasado por algo fuerte y traumático que nadie sabría cómo manejar un momento a solas con ella. 

Pero, cuando regresó a casa y pasaron los días fue cuando se dio cuenta de que realmente nadie quería saber cómo se encontraba, ni siquiera Iris que se encontraba al otro lado del mundo. Mareike no puede culparla, Iris ni siquiera sabía acerca de su desaparición; nadie se tomó la molestia en decirle que su mejor amiga estaba desaparecida. 

Cuando dió con el paradero de su teléfono no tardó en ponerse al día y responder los mil mensajes y las 900 llamadas perdidas de Iris que nadie se había molestado en contestar, y para su sorpresa se encontró con un correo de Alyssa que había sido enviado exactamente dos semanas después de que despertará. 

Mareike pensó mucho las cosas antes de abrir el correo, sabía que podía significar algo bueno como algo malo. Sabía que ella también había sufrido y que durante mucho tiempo había sido torturada por Samantha Brown, pero entre las víctimas de su madre biológica Anne Wolf se había llevado la peor parte así que después de reflexionar por un largo rato se decidió por abrir el correo. 

Mareike, si es cierto lo que he oído, ya habrás despertado. Espero que no te sorprenda, pero me puse un poco feliz cuando escuché que te encontrabas bien. Te ofrezco mis más sinceras disculpas, no merecías nada de esto, pero supongo que al igual que yo habrás llegado a la conclusión de que quizás era inevitable que Samantha fuera sobre ti de algún modo. 

Lamento que haya sido por Dante que este encuentre tu madre y tu se haya adelantado, aparentemente él siempre supo quién era quién estaba detrás de todo. Debí sospechar de él cuando me lo encontré en el lago y también cuando no me dijo todo lo que había pasado entre nosotros antes de mi perdida de memoria. 

Si aún no has terminado de atar los cabos después de oír lo que te ha dicho tu mamá, espero que esté correo lo aclare todo.

Después de que mi madre apareciera, Samtha y ella tuvieron un fuerte enfrentamiento en dónde dejaron relucir sus partes más humanas. Samantha está muerta, y contrario a lo que debes estar pensando no fue por cuenta de mi madre, si no por la justicia de Amir, quien estoy segura querrá conocerte. Es un buen tipo, en este momento está montando a caballo ya que siempre quiso hacerlo, pero confío en que sabrás su historia por boca de él cuando al fin te encuentres en condiciones de recibir visitas. 

Fue una confrontación larga, lo suficientemente larga para que llegara la policía y se demostrara la inocencia de mi familia, creí que había terminado todo. Pero, siendo honesta no podía respirar en paz después de las palabras de Samantha así que en cuanto tuve oportunidad fui directamente a aclararlo todo con Dante, quien después de todo no era un inocente. 

Dante fue quien dejó tu pijama cerca de mi casa y también quien plantó las pistas y le pasó información a Billie de forma anónima, siempre estuvo detrás del desastre que era la investigación. Sabía lo que pasaría y aún así decidió guardar silencio. 

Lamento mucho ser yo quien lo diga, pero lastimosamente te uso de carnada desde el primer momento en que te dejo leer mi diario, él sabía que querrías involucrarte y lo uso a su favor para atraerte a la trampa de Samantha Brown.

Sé que aún hay más cosas por descubrirse en todo lo que fue esto, pero dudó que estés en condiciones de saberlo. Tal vez no me he presentado en el hospital, pero Eliza ha hecho su tarea y me ha mantenido al tanto de todo. Sé que Dante te entrego a cambio de una libertad que jamás tendría, probablemente ahora mismo estás enojada, quizás me odias, no lo sé, pero espero que un futuro podamos arreglar esto.

Sé que no será pronto, pero confío en que llegará el día en que Eliza, tu y yo podamos sentarnos y conversar de lo que ha sido nuestras vidas. 

Pd. Si alguna vez vienes a Nueva York, no dudes en llamarme. “

Mareike leyó el correo dos, o quizás tres veces, hasta que una sonrisa se dibujó en sus labios y finalmente después de mucho tiempo sintió paz. 


¿Que Le Sucedió A Reike?Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz