13: Muñeca escalofriante.

158 28 21
                                    

—Entonces, ¿Samantha Brown aparentemente tiene a Reike? —pregunta Billie mientras toma nota, terminando de oír todo —muero por ver el desenlace de esta historia. 

—¿Qué haremos? —preguntó Dante, —¿No debería de llamar a mi padre? 

—Samantha está medio loca, lo mejor es que hable primero con ella —respondió Amir —solo necesito que me responda algo. 

Mi confianza en Amir depende de un hilo, no puedo confiar ciegamente en él, pero tampoco estoy en la posición de dudar de su palabra. Él es lo más cerca a ese punto de encontrar a Mareike, después de oírlo hablar muchas cosas tomaron sentido. 

—A todo esto, ¿Donde esta Eliza? —pregunto Billie, mientras teclea algunas cosas en su laptop portátil a la vez en que estornuda, aún está un poco resfriada por lo que nosotros hemos tenido que venir hasta su casa. —¿Ya sabe todo? ¡Dios! Espero que no se entere que tú madre ha sido vista cubierta de sangre por alguien del pueblo, lo mejor es que la llames, Alyssa. 

Asentí, Billie tiene razón. Es mejor que se lo diga yo, a qué lo escuche por alguien más. 

—Vuelvo en un momento —avise, saliendo del interior de la casa para llamar a Eliza. 

Afuera el clima es frío, a pesar de que el sol quema con fuerza por primera vez en mucho tiempo, me muevo por el lugar caminando hacia la parte trasera que da directo hacia el campo lleno de fauna silvestre. 

Roskeby Hill está rodeado de campo, árboles y animales que sólo puedes ver en el zoológico con protección, por lo que no me alejo demasiado. 

Solo quiero y necesito estar un momento sola, eso es todo, necesito callar las voces de mi cabeza y hablar con Eliza, pero, antes de hacerlo sorpresivamente me encuentro llamando a Erick. Es algo casi automático, porque quiera o no, aún siento cierta dependencia hacia él. 

—¿Si?

—Mi vida es un asco —me limito a decir, —y creo que te odio un poco, pero en el fondo siempre te guardaré un poco de cariño, adiós. 

Y sin más, cuelgo la llamada, para después llamar a Eliza quien contesta la llamada al primer tono. 

—Eliza, ¿En dónde estás? —pregunto, sin recibir respuesta alguna —han pasado algunas cosas de las que necesito hablarte. 

No recibo respuesta alguna por parte de mi hermana, lo cual comienza a preocuparme. 

—¿Eliza? ¿Estás ahí? 

En un escalofrío me recorrió al no obtener respuesta de su parte, en su lugar había comenzado a sonar una vieja canción, que hace mucho no escuchaba ni por casualidad; es la misma que sonaba en el tocadisco, la canción de fondo mientras la actuación de mi padre llegaba a su final con aquella pistola dentro de su boca. 

Trague duro, de pronto mi cerebro había dejado de funcionar. Las palabras no me llegan y mi cuerpo no reacciona, tardo mucho en reaccionar a la vez en que la canción llega a su final, seguida de una pequeña risa. 

—¿Eliza? —pronuncio su nombre en forma pregunta, con un hilo en la voz y con mil escenarios diferentes formandose en mi cabeza. 

—¡Eres muy bonita!, ¿Te gustaría jugar conmigo? —pregunta una voz infantil que me hace temblar, obligandome a recargarme en la pared —¡Eliza es muy divertida, ella dice que deberías de unirte a nosotras! 

—¿Que le has hecho a mi hermana? —pregunto, un segundo después con un eje de miedo en mi voz, que me esfuerzo de sobremanera por ocultar. 

—Eliza se está divirtiendo mucho, deberías de unirte a nosotras. Apuesto lo que sea que a qué tu eres mucho más divertida, estoy segura de que me divertirte jugando más contigo que con Eliza o Reike. —habla, en el mismo tono infantil que no logró reconocer como un producto de tecnología o de una persona —Reike es muy aburrida, ella es una niña muy mala, se niega a jugar conmigo, pero, ¿Tu si vas a jugar conmigo, verdad? 

¿Que Le Sucedió A Reike?Where stories live. Discover now