EXTRA|| LA MUJER QUE SE PERDIÓ EN EL TIEMPO.

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Anne Wolf sabía que ella sería la siguiente, lo sentía en los huesos y por lo fría que se había vuelto su habitación. 

Tomó al gato anaranjado entre sus manos, la compañía más amena que ha tenido en los últimos años, también la más duradera, aunque a veces lo perdía de vista durante días. Con el gato en brazos se acercó a la ventana, afuera se encontraba sombrío y desolado, parecía casi como si estuviera sola, pero no lo estaba. 

Quizás ella en su habitación lo estaba, pero sabía que habían más personas en uno que otro lugar de la casa que le había sido obsequiada por parte de sus padres, como regalo de matrimonio. 

La casa era toda una reliquia familiar, había estado en generación en generación, normalmente usada como casa de vacaciones o lugar de escape; lo que inicialmente estaba haciendo Anne, pero con el tiempo ese lugar se había convertido en su hogar, desde niña amaba pasaba más tiempo ahí que en casa con sus padres en Manhattan. 

Aún recuerda con cariño todas esas veces que se perdió intentando encontrar su habitación, las ocasiones en que usó un pasadizo y también como los descubrió gracias a su hermano mayor, quien solía cabalgar con ella al medio día. 

No era el mejor hermano, pero lo quería mucho, siempre fue bueno con ella. Charles, su hermano, fue él único que intentó salvarla, evitar ese espantoso matrimonio que no tenía futuro, aún cuando su relación de hermanos no era la mejor en ese momento; siempre intentó protegerla, incluso cuando sabía que era imposible. 

El viejo y anaranjado gato maullo en sus brazos, Anne lo bajo de sus brazos, para después suspirar pesadamente: está cansada de todo, de huir, de esconderse, de seguir perdida en el pasado, en los días que nunca volverán, porque el tiempo pasó, pero ella se quedó ahí. 

La mujer de cuarenta años se llevó una mano al pecho, sintiendo los latidos de su corazón. Tragó duro al sentir un sensación de deja vu en el ambiente, de pronto otra vez tenía dieciséis años y sus padres llegaron a contarle lo que había sucedido. 

«—¿Sabes cómo llegaste aquí? —le preguntó la enfermera, mientras hacía los procedimientos de rutina —¿Recuerdas qué fue lo que pasó?

Anne asintió, sin poder moverse. No sentía  el cuerpo, la cabeza le dolía y el simple hecho de parpadear le resultaba demasiado cansado, pero, definitivamente ella lo recordaba todo con demasiado detalle. 

Recordaba demasiada sangre en todas partes, los gritos y el fuego... Definitivamente Anne nunca sería capaz de olvidar esa noche. 

—¿Gregor... Gregor... Él está en este hospital? —pregunto, haciendo su mayor esfuerzo. 

Sus recuerdos iban y venían, no estaba segura si los sucesos de esa noche realmente hayan sucedido, pero, rezaba para que no fuera así, porque ella no se imaginaba en un mundo sin Gregor. 

En su familia existía la creencia de que las mujeres Wolf solo se enamoran una vez en la vida, Anne nunca creyó en aquello, hasta que conoció a Gregor quien la conquistó con su brillante sonrisa y todos los chistes que guardaba solo para ella. 

—Lo siento mucho, querida, pero, me temo que tú eres la única sobreviviente. —respondió la enfermera con notable tristeza, a la vez en que llegaba el doctor.

Nadie se dió cuenta, pero en ese momento Anne cambió para siempre, no solo por el trauma que tendría de por vida por todo lo que había vivido esa noche, también por Gregor. Él único hombre al que amaría, Anne siempre supo que el día en que Gregor se fuera de su vida se llevaría con él su corazón, los colores y su sonrisa. 

¿Que Le Sucedió A Reike?Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz