14: Tormenta de emociones.

137 6 9
                                    

Fue rápido, casi como si no hubiera sucedido.

Cuando abrí los ojos me costó recordá en dónde estaba y que era lo que estaba pasando, a primer segundo no logré conectar nada; no fue hasta que no oír la risa macabra de Samantha que estaba parada en frente mío.

—Al fin despiertas, creí que te habías muerto antes de tiempo —suelta acompañada de una sonrisa burlesca.

Me toma un par de segundos acostumbrarme a la luz y también a que me encuentro atada de pies a cabeza, a diferencia de Mareike que no está atara, pero sí parece está congelada en su lugar. No habla, pero su mirada me transmite un millón de emociones.

—¿Dónde está Eliza? —pregunto, siendo ella lo primero que viene a mi cabeza al recordar la razón por la que decidí venir en primer lugar.

Samantha suelta una gran y burlesca carcajada, llevándo las manos al vientre.

—Eres tan ingenua en verdad, Alyssa, que me das lastima —habla, dejando de reír de golpe. —Eliza nunca estuvo aquí, pero tranquila, confío en que ahora que tú has llegado ella no tardará en venir también.

—Estas loca en verdad.

Ella siempre estuvo aquí, siempre merodeando alrededor, disfrutando ver la caída de mi familia.

—¿Y no lo estás tú también? —pregunta, acercándose más hacia mi —la locura está en tu ADN, querida.

Aprieto los dientes, esforzándome de sobremanera por no caer en su provocación. En su lugar, le echo un vistazo a Mareike que mueve sus ojos de un lugar a otro y por un momento soy capaz de sentir su desesperación.

—¿Qué le has hecho?

—Nada que la vaya a dañar para siempre —responde, —o al menos eso creo, no estoy segura de que tanto le esté afectando la horrible verdad.

—¿Qué verdad? —pregunto, realmente interesada.

Samantha siempre había estado alrededor de Eliza, de mi madre, de mi, todos estos años estuvo cerca fingiendo ser la dulce y confiada esposa de uno de los trabajadores del hombre que fue mi padre; todo en ella es una mentira, así que el hecho de que hable de una verdad hace que mi cabeza arme demasiadas teorías. Es increíble como muchas cosas toman sentido con cada paso que doy, pero, aunque de mil pasos nunca estaré cerca de saberlo todo.

—La verdad, Alyssa —se limita a responder, asumiendo que lo sé, pero por mi expresión se da cuenta de que no es así porque rompe a explotar en una gran carcajada —¿No lo sabes?

Niego.

—¿Eso quiere decir que romperé la burbuja en la que vives? —pregunta con una sonrisa que me provoca escalofríos, —de Mareike me lo esperaba, demasiado inteligente, pero ciega para ver la verdad. Pero de ti, increíble que una persona tan curiosa nunca lo haya notado.

—Solo ve al grano, ya nada puede empeorar en estos momentos.

Mentira, todo esto es tan retorcido que no me cabe duda de que todo puede ser peor.

—¿Así que en verdad no lo sabes? —pregunta, está vez sin esperar una respuesta de mi parte —Mareike es tu hermana, pero no hija de Matilde como lo han hecho parecer todo este tiempo.

—¿Cómo?

—Mareike es mi hija —afirma con una leve sonrisa de orgullo que desaparece tan rápido como apareció.

—Entonces, ¿No es mi hermana?

—Solo he dicho que su madre no es Matilde, no que su padre no fuera él mismo —señala con una expresión que deja está más que disfrutando de la situación.

¿Que Le Sucedió A Reike?Where stories live. Discover now