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Cruz había llegado al departamento de Storm, aún se preguntaba si era buena idea entrar, después de dudar un poco respiró profundo, sonrió y se dio ánimos a si misma.

-¡Vamos Cruz!, eres una mujer de palabra, ¡tu puedes!, intentemos romper esa barrera de la rivalidad y formemos una amistad. -Su sonrisa se desvaneció. -¡Ay!, a quién engaño no le agrado, esto será muy incómodo, sólo espero sea rápido.

Ella tocó el timbre y balanceo un poco el cuerpo mientras esperaba a que le abriesen. Storm abrió, se apoyó en el marco de la puerta con los brazos cruzados y la vio de pies a cabeza. Ella llevaba puesto un pantalón negro, una camisa un poco ancha de hombro caído con manga larga en color burdeos y zapatillas deportivas negras.

-¡Vaya!, me sorprende que estés aquí.

Ella saludó amigablemente, pasó aún lado del chico y colocó la bolsa que traía en la barra de la cocina.

-¡Yo siempre cumplo!. -Sonrió con orgullo.

Storm se acercó a la bolsa y vio en el interior de ella -¿Por qué traes comida lista?. Eso es trampa Ramírez.

-¿En serio creíste que cocinaría?. Y no, no es trampa, tú elegiste la locación y la comida, mi deber era pagar por ello y eso hice.

Storm la vio con fastidio e hizo una mueca, después ambos quedaron en silencio por varios minutos. Cruz se aclaró la garganta e intentó romper ese silencio incómodo.

-¿Entrenas mañana?.

-No. -Respondió en forma seca.

Ella se apoyó en la barra de la cocina mientras miraba a Storm ir a la alacena en busca de la vajilla.

¿Por qué era tan complicado ese hombre?, ¿por qué no cooperaba?, talvez si la odiaba y ella sólo estaba forzando algo que no era posible.

Comenzó a sacar la comida de la bolsa, acomodando todo en la barra de la cocina. Abrió un recipiente de comida, tomó una pequeña tira de zanahoria y la remojó en una salsa. Si no hablaba al menos podría comer algo de lo que llevó.

Storm se acercó a la barra para asentar la vajilla, luego volteó el rostro para inspeccionar lo que hacia la chica, ella lo notó y le ofreció amablemente de lo que comía.

-Está muy bueno, ¿Quieres?.

Lo tomó de la mano de Cruz y lo probó. Unas cuantas masticadas y sintió que se le iba el aire, comenzó a toser, necesitaba agua, rápidamente ubicó una botella de agua, la abrió y la tomó de golpe.

-¿Me quieres matar?. ¿Qué es ésto? -Dijo molesto y recobrando el aliento.

-Una zanahoria con salsa de mango y habanero, ¿qué?, ¿nunca la has probado?.

Storm la vio con disgusto y mencionó. -¡No puedo confiar en ti!.

Cruz al escuchar eso, respondió en forma divertida. -Me rompes el corazón, yo confiaría en ti.

-¡Esa es una gran patraña!.

-¡Oye!, ¡yo sí confiaría en ti!.

-¿En serio?.

-Si. -Dijo con firmeza.

Storm mencionó con una sonrisa maliciosa. -Bien, entonces cierra los ojos.

-¿Qué?.

-¿No dijiste qué confiabas en mi?, demuéstralo y cierra los ojos.

Ella cerró los ojos. mintió, no confiaba en él, pero quiso darle el beneficio de la duda. Ella estaba nerviosa, talvez porque esperaba una treta por parte del chico.

RivalesWhere stories live. Discover now