Cayendo bajo

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Se sentía con un vacío constante, pensaba que estaban hechos para estar juntos.

¿Por qué entonces le parecía que el universo los unía en una conexión especial? Quizá solo fue el primer amor adolescente... Y pensarlo aun así de insignificante dolía.

—En serio, Leslie, no lo entiendo —decía con lágrimas juntándose en sus ojos.

—¿Qué no entiendes?

—¿Por qué Penny me dejó así? ¡Dijo que supuestamente esto no iba a funcionar!, pero yo veo a tipos de aquí saliendo con sus antiguas parejas, ¡como ese idiota de Alan! —gritó con envidia.

Aunque Leslie sabía mejor que nadie que esa relación estaba llena de mentiras y apariencias.

—Gumball, tienes que dejar de sufrir por algo que ya terminó. —Lo encaró terminando de acomodar las cosas dentro de su casillero.

—¿Cómo puedes decirlo tan fácil? ¡Tú no sabes cómo se siente! Amar tanto a alguien y que esa persona no sienta lo mismo... Ella me dejó porque no me quería como yo la quiero. —Las lágrimas comenzaron a salir al tiempo que su voz flaqueaba.

El "chico flor" lo observó en silencio, era una situación muy penosa de ver. Pero no es fácil consolar a alguien cuando sufre de amor, y no cualquier amor. Antes de ingresar a esa escuela que era únicamente para hombres, Leslie podía notar que la relación de Gumball y Penny era muchísimo más especial que cualquiera, incluso opacaba a los empalagosos de Alan y Carmen.

Bien sabía por fuentes como su amiga Masami, quien seguía en contacto con Penny, que ella también resentía el quebrantamiento. Los dos por separado se estaban marchitando sin el otro. Pudiera sonar fácil proponer una solución a su infortunio, sin embargo, a diferencia de Gumball, la familia de Penny no era tan liberal y eso era muy bien sabido por todos en su antiguo colegio. No por algo de un día a otro luego de su ruptura, los Fitzgerald habían cambiado de domicilio. Seguramente para que el chico no interfiriera sobre la decisión de su exnovia.

—Tienes que olvidarla, hombre, intenta salir con otras personas.

—¿Cómo voy a hacer eso? Aún siento en mi corazoncito que la estaría traicionando, aunque no seamos nada. —Siguió lloriqueando, se limpió con la manga del suéter y trató de articular lo más coherente —. Además, tendría que ser alguien cercano para poder vernos cuando no sea la escuela.

—¿Y por qué no alguien de la misma escuela? —interrogó el otro.

—Leslie, ¿si te das cuenta de que aquí solo hay chicos? —Paró sus lágrimas un momento y le miró con el ceño fruncido como si quisiera juzgarlo de idiota.

—¿Y? —cuestionó restándole importancia.

—¿Qué quieres decir con "y"? —reclamó empezando a fastidiarse.

—Gumball, no es momento de lamentarse. —El de ropas coloridas rodeó con su brazo al contrario —. Podrías incluso experimentar algo diferente.

—Leslie. —Lo apartó con suavidad —. No me gustan los chicos, y aún me gusta Penny —le dijo firme.

—¿Cómo lo sabes? Si te quedas enfrascado en la negación nunca sabrás realmente si no te gusta. Y en tu caso, a como lo veo te deprimirás solo y miserable.

Auch.

—Mira, únicamente es probar, si no te gusta no te vas a morir, puedes seguir en lo tuyo.

—No soy gay, Leslie.

—Aquí nadie te está poniendo esa etiqueta —comentó arqueando una ceja con algo de disgusto —, solo tú. Yo te estoy diciendo que disfrutes tu tiempo.

Sentimiento inconclusoWhere stories live. Discover now