¿Estás seguro?

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—Bueno... Me tengo que ir.

Esas palabras golpearon su pecho. Lo abrumaba la despedida. No quería. Un viento lejano se coló entre su ropa y le erizó la piel. Frío y abrumador, en su mente se proyectó el recuerdo de "ese ayer". 

—¡Espera!

No había dado ni un solo paso. En realidad, ella también esperaba algo, no obstante, no estaba segura de qué.

—Penny... Yo... —Sus pensamientos estaban contrariados. Quería confesar todo lo malo de sus acciones; quería suplicarle que se quedara; quería pedirle perdón; anhelaba su apoyo y comprensión. Tristemente, todo fue filtrado en su diálogo. Incluso su exnovia se dio cuenta y, por un momento, en sus ojos hubo un destello de esperanza—. Quiero que volvamos a ser amigos.

—Ah, yo... —Sabía que era estúpido y egoísta esperar algo más, teniendo en cuenta que ella misma fue quien le arrancó las alas.

Ambos quedaron en un silencio bastante incómodo y prolongado.

—Claro. Podemos ser amigos —dijo por fin con una sonrisa débil.

—¿De verdad? ¡Que bien! —exclamó con falso entusiasmo.

El teléfono volvió a sonar, pero no le hizo caso. Se quedó observándolo en un trance.

—¿Penny? ¿No vas a contestar? Puede que Patrick se moleste.

Siguió sin moverse, con una mirada cada vez más triste.

—Anda, no querrás que tu padre se ponga como un loco y venga a buscarte en calcetas con esas horribles sandalias—bromeó y la chica sonrió levemente ante el recuerdo.

—No creo que se atreva a hacerlo frente al señor Yoshida.

—No podremos saberlo porque en ese momento no asistió a la reunión de caridad en la escuela —mencionó sonriente. 

—No me lo recuerdes, fue vergonzoso. —A pesar de lo incómodo que fue en su momento, lo que la hizo reír fue rememorar la escena de su exnovio tratando de llamar la atención para desviarla de su padre. Ese día terminó siendo un caos, gracias a la dupla de hermanos. Terminaron riendo, como si estuvieran visualizando un flashback

Se dedicaron una última mirada llena de cariño y Gumball le ofreció sus brazos para una cálida despedida.

×

—¿Entonces quedaron en buenos términos? —le preguntó su hermano algo extrañado ante la enérgica explicación.

—Sí, así es —indicó con orgullo.

Él y su hermano, luego de un largo tiempo, salieron al parque. Se encontraban teniendo una charla con toda la tranquilidad del mundo. Después de todo, el chico moreno había terminado sus deberes; el celeste, por supuesto, ya tenía a quien pedirle la tarea el lunes.

—¿Y tú estás bien con eso? —El menor no podía dejar de sospechar que algo no cuadraba.

—¡Obvio! Lloramos, nos abrazamos, fue una reconciliación perfecta.

—Dejando de lado el hecho de que, claro, no critico que vuelvan a ser amigos, ¿estás seguro de que...?

—¡Mira, allá, vamos por un helado!

No le dejó terminar, corrió hacia un vendedor con un carrito y sombrilla. Nada más y nada menos que Larry Needlemeyer. Así que, tuvo que seguirlo, algo molesto y preocupado.

—¿Qué necesitas hoy, Watterson? —dijo sin mucho ánimo el heladero.

—Dame dos, de lo mismo de siempre.

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⏰ Last updated: Mar 03 ⏰

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Sentimiento inconclusoWhere stories live. Discover now