Arranque (2/2)

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—¡Ya basta! ¡Deja de hacerte el santo fingiendo que te preocupas por mí encima de tu situación!

Antes de que pudiera seguir reclamando, sintió unos brazos rodearlo, haciendo que su cuerpo se pegara al contrario y sus piernas dejaran de levantarlo para hacer su confrontación a una altura igual.

—¿Qué estás haciendo? —protestó con molestia e incomodidad.

No obtuvo respuesta, el agarre se selló inmovilizándolo. Él quería soltarse, sin embargo, la fuerza del otro le superaba. Buscaba el apoyo de sus propios brazos, pero era tan débil que no podía apartar sus torsos ni un centímetro y su parte baja solo podía removerse sobre el regazo ajeno.

—Está bien —le dijo en un susurro compresivo y continuó hablando mientras se acercaba a su oído—. No tienes que avergonzarte.

No pudo decir nada en contra, esas palabras le habían causado un escalofrío que se propagó por cada fracción de su cuerpo, sus manos incluso se tensaron en el aire. Se maldijo por reaccionar así ante su "enemigo".

—S-suéltame —pidió tratando de recatar su nerviosismo.

—Solo un poco más, por favor —Sintió como el rostro del más alto se escondía en aquel espacio situado en su hombro. Ahora los cabellos claros y el aroma que desprendía embriagaron las fosas nasales del chico gato—. No quisiera ser invasivo o egoísta, pero de verdad necesito un abrazo. Por favor, Gumball.

La situación estaba enloqueciéndolo por motivos disparatados. Tendría que estar furioso por aquella violación a su espacio, sin embargo, sus sentidos estaban encaminándose por otro rumbo, sobreestimulándolo. Ya no sabía si las sensaciones estaban potenciándose por su actuar pasado, pero lo contrariaba el cómo percibía el aroma de Alan, no le desagradaba, es más, podría llegar a admitir que no era tan malo. Quizá ya estaba distorsionando la realidad; era consciente de la respiración cálida en su piel, aun por encima de la ropa. El calor nuevamente empezaba a crecer y advertía un cosquilleo en la parte baja de su abdomen. Su respiración comenzaba a percibirse pesada y su corazón palpitaba considerablemente.

—Gracias, Gumball —volvió a escuchar nuevamente como le susurraba al oído.

Si no fuera porque su cabeza ya no estaba trabajando como debería ser, en la mente del chico celeste parecería una especie de venganza. Pero Alan no sabía de los pensamientos impuros en la mente de quien llamaba "amigo", ni mucho menos tenía dobles intenciones, por lo menos no al principio.

Al menor se le escapó un jadeo que llamó la atención del más alto. Se separó un poco para buscar claridad en la mirada ajena pese a la mínima iluminación.

—¿Gumball?

El mencionado tenía una expresión parecida a la aflicción, pero no era nada parecido. Sus ideas no estaban filtrando adecuadamente gracias al aturdimiento que experimentaba debido a las sensaciones que se estaban acumulando en exceso. De una u otra manera, se estaba reprendiendo y conteniendo tanto como le era posible. Siguió sin mencionar nada, de modo que el contrario se permitió sonreír cálidamente y posó sus manos en las mejillas ajenas. Esa acción lo paralizó. Su corazón pareció detenerse y a pesar de la oleada de calor que recorrió sus mejillas, el resto de su cuerpo se sintió aterido.

Alan lo fue acercando, poniendo nuevamente en marcha su latir incesante. Amablemente, hizo que el celeste inclinara levemente su cabeza y removió parte del cabello en su frente para acto seguido posar sus labios en aquella piel de porcelana. Al separarse, pudo percibir como las mejillas de su "amigo" estaban teñidas de un color escarlata muy llamativo. Se dio cuenta de la respiración escandalosa y la mirada de abatimiento del otro. Era un escenario muy irreal. Los pensamientos del mayor también se estaban alejando del punto inicial. Retomó su tarea de besar la piel del rostro ajeno. Limitándose a muestras de cariño en frente, párpados y mejillas.

Al final, como ya había hecho anteriormente, decidió visualizar el rostro de Gumball. Inevitablemente sonrió. Por otra parte, el de hebras azules arrugó el ceño y su mirada empezó a irradiar una llama de ira que no tardó en estremecer al de ojos color miel.

El "juego" de Alan no logró menguar ni un poco su excitación y los besos habían llevado a impacientarlo, nublaron su juicio y llegó al punto de perderse a sí mismo. Apartó las manos ajenas de golpe e imitó el mismo acto de posar sus palmas en el rostro contrario y le dedicó una mirada de odio intenso, aunque para sorpresa del otro, el chico gato se había abalanzado a besar su cuello, deslizando sus manos un poco más atrás, de manera que las orejas contrarias quedaran entre sus dedos índice y pulgar.

El de cabellos dorados se estremeció soltando un gemido por lo repentino. Estaba teniendo una oleada de sensaciones extrañas. Su exnovia había hecho algo parecido antes, pero él la detuvo por el sobresalto que le causó. Estaba dispuesto a hacer lo mismo con Gumball, pero él ya se había anticipado y se aferró a la espalda ajena sin desatender su tarea previa. No pensó que la última sonrisa terminaría por enardecerlo, haciéndole sacar fuerzas que no presentaba al inicio.

—¡Por favor, no! —imploró.

Su súplica pareció funcionar ya que el menor se detuvo, pero no se movió de su posición. Acarició con la punta de la nariz y recorrió ascendentemente por la piel de su compañero, dejando suaves y tortuosos besos como los que él había otorgado. Se posicionó muy cerca de su oído para murmurar—: Estaba a punto de hacer algo muy importante cuando interrumpiste. —Y acto seguido sopló con delicadeza.

Alan empezaba a acomodar las piezas. Se sonrojó tanto que podría competir con cualquier rojo intenso, a pesar de que la luz le escaseaba en ese momento.

—Y-yo... —tartamudeó y después tragó saliva. Apenas siendo consciente del aumento de temperatura en la unión de sus cuerpos y el hormigueo que se hacía presente —. No quería, de verdad lo... —no terminó la oración, se obligó a reprimir un sonido. Gumball había mordido delicadamente el borde de su oreja.

Sus rostros volvieron a encontrarse, pero ahora, había una mirada en el chico gato que no podía descifrar.


Sentimiento inconclusoWhere stories live. Discover now