Sin remedio

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De vez en cuando Ocho lo terminaba encontrando por obvias razones. Siempre era la misma petición a lo que Gumball correspondía, como si fuera alguna especie de fianza. Era lo que le costaba a cambio de tranquilidad y un cuerpo sin moretones.

«No es tan malo», pensaba. Después de todo, le agradaba ese tipo de contacto. Con el azabache no tenía que preocuparse de los sentimientos "románticos", no había nada viniendo de él, por lo cual no había de que inquietarse sobre lo que seguía, o eso consideró.

—Y eso fue lo que pasó —explicó el de hebras celestes.

—No puedo terminar de creerlo —comentó el rubio con desconcierto.

—Yo tampoco, pensaría que es una especie de pesadilla, pero no.

—Definitivamente debe haber algo malo contigo, o por lo menos extraño —expresó su disgusto.

—¿Qué? ¿A qué te refieres?

—Hola, chicos, lamento interrumpir su conversación —se escuchó.

Se trataba de Alan, el chico más amable y servicial de Elmore.

—No lo lamentes, ya interrumpiste. ¿Qué quieres? —respondió agresivo contra aquel conocido.

—Eh... Solo quería preguntarle a Leslie si había visto mi libreta verde.

A pesar de los malos tratos, procuró de mantenerse cortés, como siempre.

—Claro que no la ha visto. ¡Ahora vete!

—En realidad —habló el de prendas coloridas revisando su casillero —, pensaba buscarte en la siguiente clase. Algo me decía que la necesitarías. —Estiró su mano acercándole el objeto.

—¡Muchas gracias! —Sonrió de forma resplandeciente.

—Sí, sí, ya. Toma tu libreta y piérdete. —Tomó dicho objeto arrebatándoselo a su compañero y entregándolo al contrario, ya que se encontraba en medio de ambos.

—¿Te lo agradezco? —Forzó una sonrisa y volvió a enfocarse en el chico flor—. Te veo luego, Leslie.

—Bien —fue la simple contestación que dio el mencionado.

—Ay, viejo, no sé cómo soportas a ese sujeto. —Rodó los ojos.

—¿No crees que tu odio es algo injustificado?

—No, creo que es totalmente justificado —expresó muy seguro cruzando los brazos.

—¿Ah si? ¿Exactamente por qué? —cuestionó con algo de molestia por todo lo anterior que fue completamente innecesario.

—Tengo mis propias razones —desvió la mirada.

—¿Alguna es válida?

—¡Por supuesto que sí! ¡Se cree estúpidamente perfecto, con su bonita cara y actuando como un santo!

—Tal y como pensé, ninguna es válida —dijo restándole importancia.

—¡Pero!

—Volviendo al tema —le interrumpió—. ¿Sabes que te estás metiendo en arena movediza?, ¿verdad? Entre más te muevas, más rápido te vas a hundir —preguntó Leslie cerrando la puerta de su casillero.

—Creo que estás exagerando —respondió despreocupado.

—"Exagerar" es una palabra que queda corta en esta situación.

—No puede ser tan malo. Ahora que sé que le gusto, eso me mantendrá a salvo de esos sujetos —se irguió victorioso.

—¿Y qué harás cuándo se vuelva un problema?

Sentimiento inconclusoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang