Have You Ever Kissed A Boy? Quackity × Male oc

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Sus ojos comenzaban a abrirse, la luz que entraba por la ventana lo molestaba, el molesto cantó de los pájaros lo molestaban, todo lo molestaba en pocas palabras.

Eran las 6am, tenía que levantarse para poder ir a la universidad la cual se encontraba a casi una hora de su casa.

Era cansado tener que despertarse todos los días, a la misma hora, para llegar a la universidad para que le dejen tareas de maquetas en las que el material cuesta más que su riñón y todavía volver a ganarse el dinero trabajando enfrente de una pantalla por casi 8 horas, aunque lo segundo para el no era tan cansado.

Arquitectura, eso era lo que estudiaba, su gusto había empezado de pequeño cuando veía esos programas de construcción, le gustaba las formas de innovar nuevas maneras para que una casa o un edificio durará más o tuviera una mejor estructura.

Después de la universidad, acostumbraba a simplemente sentarse en su set-up y empezar stream con sus amigos.

Se sentó en su cama pensando en todo lo que haría en el día, suspiro y decidió por pararse y dirigirse a la ducha para tomar el primer baño del día.

Quito su ropa y la dejo en el suelo, la limpieza no era amiga de Matteo. Cualquier persona que entrará podía ver la ropa tirada, los vasos sucio en el suelo y varias veces un Dogo tirado sobre toda esta ropa como si la usará de colchón.

Entro y abrió la llave, el agua fría tocaba su espalda haciéndolo estremecerse.

Su cabello mojado con espuma a causa del shampoo en exceso que había tomado. Su barbilla de igual manera con espuma imaginando una barba blanca como la de Santa Claus.

Después de 15 minutos, salió de la ducha, recogió la ropa para poder dejarla en el cesto de ropa sucia que quedaba como un cajón en uno de los closets.

Busco ropa en su closet para ponerse, hasta que el sonido de unos rasguños en la puerta lo distrajeron. Camino hacia esta y los rasguños y ladridos se escuchaban con más intensidad.

- Hola, Dogo.- abrió la puerta y su gran perro se abalanzó en el dejándole pequeños rasguños en su pecho desnudo.- Ey, tampoco seas tan brusco.

Dogo bajo de el pecho de este y  subió a la cama de su dueño, se quedo acostado ahí viendo los movimientos que hacía este.

Se movía de un lado a otro buscando su ropa, su mochila, sus zapatos, sus libretas, su celular, sus llaves, en conclusión, todo. Nada se encontraba tan fácil en ese chiquero.

Se acercó al can y se acostó a su lado, este rápidamente dirigió su mirada hacia el e hicieron contacto visual antes de que Matteo acariciaba la cabeza de el perrito, obligándolo a cerrar los ojitos por la satisfacción que le causaba.

- Dogo, me voy a ir, voy a regresar como hasta las 4, te voy a dejar comida y ya sabes que tienes esa puerta en la puerta trasera para que salgas a hacer del baño, no me vayas a hacer ningún desastre, por favor.- dio el mismo discurso de siempre mientras seguia con las caricias en la cabeza de su canino.