- Matteo, alguna vez has besado a un chico?-
- Si, y tu, lindo?-
- No.-
- Puedo ser el primero...?-
"Kiss me hard before you go"
"Taking it all for us, oh, doing it all for love"
"Baby, you were the love of my life"
•••
- Escúchame, Alexis. Esto de...
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Matteo y Quackity se sentaron en sus respectivos asientos, no estaban ni al final ni al principio del avión, estaban en medio.
Al despegar, Quackity cayó dormido, su cuello estaba torcido así que Matteo la movió hacia su hombro quedando recargado en el.
La sensación de los oídos tapados por la altura no tardaba en llegar. Algo que le daba miedo a Matteo era el despegue, solo se mantenía cerrando los ojos con fuerza y apretando los posa-brazos que estaban al lado de el.
Sintió como Alexis entrelazaba sus brazos, dándole calma.
Alexis causaba tantas cosas en Matteo que no creyó que alguna vez fueran posibles. Al principio era un simple juego, pero cada vez quería tener más cerca al de gorro, quería ayudarlo, consolarlo, amarlo...
Matteo se sentía feliz al lado de el, y esperaba que Alexis se sintiera igual con el.
El avión ya había llegado a una altura elevada, Matteo tragaba saliva para poder destapar sus oídos aunque no tenía éxito.
Llegarían a Los Angeles en 13 horas, más las horas que tendría en avión hacia Canadá si es que hay vuelo, y si no, serian 39 horas en auto, una tortura para su trasero y espalda.
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- Alex.- Llamó Matteo al menor, el cual seguía dormido. En todo el camino, Matteo no pudo pegar ni un solo segundo el ojo, la consecuencia era su voz ronca cansada y ojos rojos con grandes ojeras alrededor .
- ¿Mhm?- entrecerro los ojos por la luz que entraba de la ventana, talló estos y vio a Matteo, sonrió al verlo enfrente de el.
- Llegamos.- Quackity hizo caso omiso y lo abrazo por la cintura.
-Alex, levántate, tenemos que bajar ya.- con una risa leve, aparto los brazos del menor y se levanto, Quackity copio su acción.
Bajaron sus maletas y comenzaron a caminar por aquel pasillo, había personas que los empujaban, Quackity solo se disculpaba y dejaba pasarlas, pero Matteo y su mal humor no hacían lo mismo.
- ¡Deja de empujar, mierda!- Le devolvió el empujón a un chico al lado suyo, estos dos comenzaron una pelea de empujones hasta que llegaron a la puerta de salida.
