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Su cabeza no tenía nada más que solo pensar en la carretera

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Su cabeza no tenía nada más que solo pensar en la carretera. No sabía a dónde se dirigía con certeza, sólo quería salir de una vez de ese lugar.

Los dos pequeños de atrás se mantenían cabezeando y el perro entre ellos estaba con la cabeza recargada en las piernas de Ella mientras que las patas traseras estaban recargadas de igual manera en las piernas de Ethan.

Su acompañante mantenía un silencio incómodo que Matteo ignoraba a momentos, pero aún así seguía presente.

- ¿A donde vamos?- Alexis rompió el silenció sin quitar su vista de la ventana.

- No sé...- respondió Matteo manteniendo su vista en la carretera, no quería causar ningún accidente después de todo.

- Pues... para este lado esta Canadá.- aparecía un letrero verde arriba de la carretera que decía "Canadá".

- ¿Crees? Son 39 horas, no se si Ethan y Ella aguanten 39 horas en auto.- estacionó en una tienda junto una gasolinera y volteo hacia atrás viendo la escena de los dos niños y el perro dormidos.

- Podemos parar entre ciudades para que no sea tan pesado.- veía por la ventana los otros autos pasar y llenar los tanques de gasolina. Quackity aún se sentía incómodo por el hecho de que el mayor tenía dos hijos que no había mencionado antes.

Aun se sentía traicionado.

Lo que más le molestaba era saber que no fue el primero; no fue su primer beso, no fue su primer chico, no fue su primera experiencia en nada, en cambio, Matteo fue el primero en todo.

Sintió como una mano acaricio la suya, volteo hacia donde estaban las dos manos. La mano de Matteo era adornada por largas venas azules, estaba lastimada de los nudillos y se veía incluso más palida que antes.

Saco su mano de debajo de la de Matteo este creyó que quitaría su mano pero se sintió aliviado al sentir que ppla puso encima de la del contrario dando cálidas caricias en los nudillos.

- ¿Qué te paso?- pregunto sobando las heridas.

Paso su pulgar por los nudillos pálidos y lastimados, tenían tonalidades rojas y algunas cáscaras de herida que pronto se convertirían en cicatrices ya que Matteo las había arrancado.

Lo más probable era que como esas heridas, hubieran otras más por otras partes del cuerpo de Matteo.

- Nada...- asintio aceptando la respuesta aunque sabía que era mentira, pero si en ese momento Matteo no quería decirlo no podía obligarlo.

- ¿Quieres algo de la tienda? Se me antoja una Coca.- lo miro esperando respuesta.

- Voy yo-. Se quito el cinturón y salio del auto.-, tu quédate con los niños.-

Lo miro entrar y pasar por cada pasillo, enserió lo amaba, pero ahora estaba un poco confundido.

¿Y si esta mintiendo? ¿Y si en verdad quiere a Lucía? ¿Por qué aparece después de todo? ¿Por qué lo acepto después de todo? Apareció como si nada diciéndome todo eso y yo solo le digo que voy con él... en pocas palabras... estoy escapando con él.

Have You Ever Kissed A Boy? Quackity × Male ocWhere stories live. Discover now