CAPITULO 18

15.2K 674 14
                                    

Me reincorporo sobre mi lugar e intento irme y así estar lo mas lejos de él que pueda pero inclino mi cabeza hacia atrás cuando siento su agarre en mi brazo.

—Necesito hablar contigo.

—Señor Santoro, ¿Acaso desea una cita con el señor Clark? Si es así lamento decirle que su agenda está llena los próximos meses.

—Sabes muy bien de lo que quiero hablar.

—Lo siento pero no se de lo que esta hablando, ahora si me permite debo irme ya que mi jefe esta esperándome. —siento el agarre sobre mi brazo se intensifica —Puede soltarme.

—No.

El toma de la muñeca llevándome a la fuerza le grité que me soltara pero no lo hizo, no sé en que demonios está pensando al hacer esto frente a sus empleados ya que habían varios observándonos con demasiada atención, incluso Erika que no nos quitó los ojos de encima hasta que Victo cerró la puerta con seguro.

—¿¡Pero que demonios sucede contigo?!

—Vamos a hablar quieras o no.

—Yo no tengo nada de que hablar contigo así que déjame en paz. —al dar varios pasos el se pone frente a mi —¡Porque no me dejas en paz! Ve y busca a tu ex esposa y tienen sexo todo lo que quieran, a mi déjame en paz que no quiero verte ni a ti ni a tu hijo.

—Puedes guardar silencio para que pueda explicarte lo que pasó.

—No. Con lo que vi fue mas suficiente así que déjame en paz.

—Asi que estas molestas, bueno, supongo que eso me hace entender que solo eres una caprichosa universitaria que no usa su cerebro.

—No te atrevas, no soy estúpida y se muy bien lo que estás haciendo y déjame decirte que no voy a caer en tus juegos.

<ERIKA>

Todos podíamos escuchar sus gritos desde aquí, algo que nos dejó sin palabras ya que parecían una pareja de matrimonio que discuten sin importar lo que los demás digan, cuando vi la cara de mi jefe tan sombría solo me limite a observar como arrastraba a Mey hasta su oficina

—No me digas que esa chica es la nueva pareja del señor Santoro.

—Yo... no lo sé.

—Como no va serlo —dijo otro compañero de trabajo —Solo escúchalos, ella esta enfadada porque al parecer tuvo un enredo con su ex esposa y esta dolida. —¿dolida? —Ahora entendemos porque estos últimos días ha estado de mal humor.

—¡Increíble!. Esa chica es mi ídolo. Nadie jamás le ha levantado la voz al señor Santoro y mucho menos llevarle la contraria. Ya se me hacia extraño que viniera de su viaje con tanto humor de flores.

—Tienes razón. El nunca ha sido tan amable, a su modo, pero lo era. La última vez que una mujer lo hizo, termino siendo odiada y abandonada.

—¿Hablas de su ex?

—Si, esa mujer es como una diosa, es tan perfecta pero ni siquiera ella pudo con él, ni porque le dio una hija.

—¡¡Eres un maldito idiota controlador!! ¡¡Asi que déjame en paz!!

Las puertas se abrieron de golpe haciéndonos dar un brinco del susto sobre nuestros lugares, observo a Mey y estaba tan furiosa que me dejo desconcertada ya que nunca antes la había visto tan molesta

—¡Deja de actuar como una niña!

—¡Ah, ahora actúo como una niña! —dijo aun mas molesta —¡Tu crees que todo gira a tu alrededor, estas muy equivocado Víctor Santoro. Escúchame bien. Eres un hombre controlador, sin sentimientos, ¡un maldito egoísta que no le importar nada!

—¡Eso no es cierto.

—Lo es. Te odio y por eso te quiero fuera de mi vida.

A grandes zancadas Mey se marchó, todos nos quedamos inmóviles ya que es la primera vez que escuchamos una discusión tan extraña. Mi jefe maldice cabreado mientras que nosotros seguimos observándolo.

De pronto el nos vio y fue como si fuera una chispa que nos hizo fingir que estábamos trabajando y que no habíamos visto nada, de reojo lo busqué con mi vista, pero ya no estaba mas.

—Dios... esos dos... son como el fuego y la pólvora. —dijo uno de mis compañeros acercándose a mi escritorio.

—¡¡Erika!!

Casi me da un infarto cuando me llama en un tono terrorífico.

—Huy... no quisiera estar en tus zapatos. Ojala y esos dos se reconcilien. Si no, conocerás el infierno del que te hablamos todo este tiempo.

—Ojala.

<MEY>

No puedo creer que sea un completo imbécil, como se atreve a culparme de eso, no puedo creerlo, enserio que no puedo entender su forma de pensar o actuar, como puede ser tan insensible, creí que se disculparía conmigo pero no, resultó ser lo contrario

—Mey... ¿estas ahí?

"no puede ser... había olvidado que le había dicho a Erika que le enseñaría el mecanismo de trabajo de ella"

Abrí la puerta y me di cuenta que venia con la misma ropa que cuando la vi en las oficina de Víctor, traía comida china en su mano derecha, la deje pasar y ella se sentó en mi silla preguntándome si no me importaba que comiera antes.

—No. Adelante.

Ella comenzó comer como nunca antes lo había visto, la observé en silencio mientras preparaba algo de espacio en mi escritorio, le pregunto si todo estaba bien ya que creí que la dejaban salir temprano.

—Bueno, después de tu discusión con mi jefe, era como si estuvieras frente a un ogro odioso que nada le parecía bien, nada. Cualquier cosa le molesta así que no me atreví a decirle que ya me iba y claro que el no lo mencionó.

—Yo... lo siento por eso. No quise empeorar la situación allá.

Ella me mira fijamente. Baja su rostro como si tratara de decirme algo pero no lo hace. Estuvimos por dos horas juntas y durante ese tiempo ella estaba muy emocionada como una niña ya que había avanzado mucho, al ver que era tarde dijo que debía irse a dormir.

—Mey... eres una gran persona, gracias por ayudarme. —al ver que estaba pagando me negué en aceptarlo, insiste pero me seguí negando —Yo... me siento avergonzada por lo que te hice... lo siento mucho.

Ella comenzó a llorar dejándome sorprendida ya que no lo esperaba de ella, es demasiado orgullosa como para disculparse y admitir sus errores. "en verdad se está disculpando conmigo"

—No espero que me perdones... pero quería que supieras que eres la única a la que considero mi hermana y que...

—No hablemos del pasado ¿quieres? Ya... sufriente tengo con Víctor y lo que pasó en le pasado ya no tiene importancia, además, no vale la pena y mucho menos cuando se trata de Lucas, él no vale la pena.

—Tienes razón, no lo vale.

Me estaba despidiendo de Erika cuando me sorprende de ver a mi compañera de habitación con un enorme arreglo de rosas violetas. Erika se hace a un lado observando las flores, estaba tan sorprendida como yo.

—Ese caballero tuyo si que sabe como sorprender a una mujer. Como quisiera ser tú en estos momentos.

Tomé la nota que venia con el arreglo.

"le das vida a mi vida cuando sonríes de la misma forma en que lo harás, cuando veas estas rosas. perdóname"

placer Ilicito Where stories live. Discover now