CAPITULO 36

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"Tú puedes, no caigas en sus intimidaciones"

Golpe su mano con todas mis fuerzas, lo encaro pero estoy que me muero del miedo por dentro cuando por fuera no lo parezco.

—Mis padres fueron más que claros contigo, así que ni siquiera sé te ocurra pensar que son tuyos, porque no lo son. Ahora, sal de mi oficina que tengo cosas mucho más importantes que hacer que estar discutiendo contigo.

—Me debes una explicación...

—¡Ja! —dije sarcástica —No me digas, no quieres también un resumen de mi vida durante estos años que pasaron. —me toma de las caderas atrayéndome a él .

—No sería mala idea... pero que te parece si lo hacemos en una cena, solo los dos.

—Ya quisieras. —quito sus manos de mi cuerpo —Yo no te nada, nada. Espera, creo que si te debo algo, —puedo ver que aparece una sonrisa en su rostro —Las gracias por haberme hecho ver quien eras realmente y no lo que yo pensaba. Si no fuera porque me abriste los ojos, no tendría la vida que llevo ahora al lado de mis hijos.

Le abrí la puerta para que saliera por las buenas pero el no se mueve de su lugar, me mira diferente como si estuviera arrepentido
—Mey... no te he olvidado —un nudo se forma en mi garganta —Nunca dejé de pensar en ti.
Entre cierro mis ojos para mantener mi calma como hasta ahora pero se me dificulta demasiado, "no entiendo porque sigue causándome nervios, se supone que ya superé lo nuestro, porque me sigue afectando tanto

—Yo si lo hice, Víctor. Así que por favor, Aléjate de mi, no me causes más problemas, y no te acerques a mis hijos.

Cierro la puerta después de que sale, mi corazón enloquecido me hace sentir sed, demasiada, apoyo mi espalda contra la puerta mientras maldigo por dentro porque un poco más, iba a creerle, no debo permitirme eso, entrar en mi vida no puede suceder otra vez.
Mi alma inquieta no deja de atormentarme al recordarme la expresión que tenía en su rostro, me fui a casa una hora antes de mi turno ya que no podía concentrarme, pasé por mis gemelos y los llevé conmigo a visitar a su hermano como se los prometí

—¡Mey!.. —Erika al verme me abraza fuertemente —Qué alegría verte. ¡Luck!..
Lucas sale de la habitación preguntando que pasaba, cuando me vio, sonrió de felicidad y me abraza diciéndome que está feliz de verme. Observo el comportamiento de mi amiga, pero tal parece que ya no siente celos de mi "tal vez sea porque tengo dos hijos del único hombre que le entregué todo de mi"

—Les prometí a mis hijos que los llevaría a conocer a su hermano mayor.

—Que bien. —Lucas se coloca en cuclillas —Estoy feliz de conocerlos, Ada, Adriel.

Lucas se llevó a mis hijos a la habitación donde estaba su hija, Erika y yo nos quedamos en la sala tomando un poco de té mientras me preguntando cuando llegué y si estaría lo suficiente como para que me quede para la fiesta de su hija. Así que le resumí todo lo que pasó desde que llegué aquí.

—No puede ser... —dice sorprendida —Osea que... Los vio...

—Eso no es todo. —murmuro preocupada —Hoy no se porque, pero llegó molesto exigiendo verme, bueno, ver al director y cuando me vio... se quedó paralizado y no te imaginas yo como me quedé cuando lo vi después de tantos años.

—Anda dime —dice ansiosa Erika.

—Creí que no sentiría nada cuando lo viera nuevamente, que sería un recuerdo amargo que odiaría ver... pero cuando lo vi, mi corazón se volvió loco, tan loco como la primera vez que estuvimos juntos, mi juicio se nubló por un momento... ash, estoy que me muero porque me pregunto quien era el padre de Adriel y Ada.

—¡Ay amiga! —chilla emocionada —Esto es como un cuento...

—No lo es. —dije con seriedad —Un cuento fuera si hubiera amor, pero el jamás me amó.

—¡¡Que!! —dijo demasiado alto —¡Estas loca si dices eso enserió! Todos fuimos testigos de como lo tenias comiendo de tu mano, si tu decías algo contrario a lo que el quería, siempre aceptaba todo lo que decías. Pero cuando te fuiste, se volvió odioso, más arrogante y no te imaginas lo cruel y malhumorado que es ahora, ¿porqué crees que renuncié a seguir trabajando con él?

—Como sea... lo que se mis y yo estamos bien así, sin él.

—¿Estas segura? —toma mi mano —Amiga, te diré lo que tu me dijiste antes. Sea lo que sea que haya pasado entre ustedes, no le quita el derecho de saber que esos niños son sus hijos.

—Si, pero Lucas a ti nunca te dijo que no quería, al contrario, estuvo feliz porque sería padre por primera vez, en cambio él, no quería más hijos y fue claro al decirlo, —el solo pensar que los lastimaría se me enciende la sangre —Te juro que solo pensar que los rechazaría... me hervía la sangre.

—Oye, oye... algo que tiene ese hombre, es que ama a sus hijos, tu has sido testigo de eso, siempre defendió a Lucas aún después de las estupideces que hizo. —ella me hace verla a los ojos al tomar ambas manos —Amiga, no te digo que vuelvas con él, obviamente no, fue muy cruel contigo por usarte para darle celos a su ex, solo te sugiero que le digas la verdad, criaste a dos maravillosos niños, son adorables, educados y son muy inteligentes, mucho más de lo que deberían ser a su edad.
Sé que tiene razón, pero mi miedo me hace detenerme en pensar en esa idea, solo le dije que lo pensaría, al pasar las horas me di cuenta que era tarde para mis hijos así que me despedí de mis amigos invitándolos a visitarme un día de estos.

—Amiga... piensa en lo que te dije.

—No te prometo nada.

Me despido de Lucas y su hija, cuando me di la vuelta para despedirme de mi amiga vi que estaba desconcertada.

—¿Erika?. —al ver hacia afuera me paralizó al ver a Víctor. —Tiene que ser una broma.

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