CAPITULO 19

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Por supuesto que no le daría una oportunidad, me falló y no voy a volver a creer en ninguno de ellos, aunque es lógico que Lucas no me volverá a buscar ya que seria el colmo que lo hiciera, las rosas de mi color favorito era un merito enorme, pero aun asi no caería en sus juegos, estoy harta de eso y quiero que lo entienda y me deje en paz "aunque por dentro quiero siga insistiendo"

Con el paso de los días no volví a recibir una sola señal suya, es como si haya dejado de molestarme al fin "se supone que eso quería, pero ahora ya no estoy segura de eso"

—Pensando nuevamente. —casi me muero del susto cuando veo a mi jefe observándome demasiado cerca —Sabes que pensar en exceso puede ser agotador para el cuerpo.

—Es imposible para mi no hacerlo, las clases, el trabajo uno y dos...

—Puedes tomarte el día libre si quieres.

—¿De verdad? —dije sin creérmela

—Claro. —mira la hora en su celular —Pero tengo una condición. —eso ya no me agradó. —Aceptas una invitación conmigo a cenar.

Me quedé perpleja, parpadeo un par de veces sorprendida por la invitación, no me esperaba esto de él, "deja de pensar estupideces, solo es una invitación amistosa" jefe y empleada. Acepté su invitación y regresé a mi habitación para descansar, pero luego recordé que necesitaba unos libros que se encontraban en la biblioteca del campus.

Solo por un breve segundo dejé de ver hacia el frente para buscar mi credencial de estudiante para sacar los libros sin problema alguna, cuando volví mi vista hacia el frente detuve mis pasos cuando vi a Víctor parado frente a la entrada del edificio, mi cuerpo no se mueve y mis ojos no se despegan de su figura, como siempre se veía tan apuesto con los trajes de trabajo que usa, ver su corbata me hizo recordar aquella noche en donde pasamos la noche juntos en su departamento.

"¡¡Ay carajo!!

Al ver que me vio me di la vuelta para no verlo a la cara.

"No tienes nada que avergonzarse, es él quien debería sentirse así, no yo"

Reuniendo todo el valor, me di la vuelta y comencé a caminar en la dirección en la que se encontraba, mi corazón se vuelve loco al saber que pronto estaríamos demasiado cerca de él, siento cada latido mas fuerte que antes y eso me desespera haciéndome pasar saliva.

—¿Acaso no conoces los buenos modales para saludar a alguien?

Entre cierro mis ojos y detengo mis pasos porque pensé que ignoraría mi presencia, así como la ha hecho todos estos días transcurridos. Volteo y lo observo sobre mi hombro y fuerzo una sonrisa

—Buenas tardes.

Le quité los ojos de encima para seguir mi camino pero mi cuerpo se paralizó cuando siento sus manos sobre mi cintura. El aire abandonó mi cuerpo y se me dificultaba respirar demasiado porque podía sentir su respiración en mi cuello

—Mey...

Su voz diciendo mi nombre en susurro provoco un escalofrío tan extraño en mi que sentía mis piernas desfallecer.

—No... puedes hacer eso aquí, eres padre de un estudiante y...

—Sal conmigo, vamos a cenar y así podemos hablar con calma.

Una idea se me cruzó por la cabeza, no soy de este tipo de chicas ya que odio los celos, pero quería vengarme por lo que me hizo sentir esa noche en que lo encontré con otra.

—No. Tengo una invitación que no pude rechazar.

Su expresión se vuelve sombría y aun así se veía sexy y apuesto.

—¿Con quién?.

—No tengo porque darte explicaciones a ti. Pero supongo que ya tienes una idea de quien hablo. —al ver los celos en reflejado en su rostro me sentí feliz. —Buenas tardes, señor Santoro.

Con una enorme sonrisa, lo dejé tan furioso que no podía dejar de sentirme muy feliz, pero eso no seria suficiente para hacerlo pagar por lo que me hizo.

Iba saliendo del edificio cuando un chico se paró frente a mi con una pequeña caja de regalo, ladeo una sonrisa y le pregunto quien lo envía pero yo ya tenia una idea de quien podría ser y no firmaría por el obsequio

—El señor Clark lo envía.

—¿El señor Clark? —mi boca era grande de la impresión, me invitó a cenar y antes me envía un regalo. —Esta bien, lo recibiré.

El chico me entrega la pluma, intenté ver su rostro pero la gorra que traía puesta me impedía ver su rostro, había firmado pero el chico me dice que me faltó una hoja más, fue extraño para mi pero el dice que son las nuevas políticas de la tienda donde trabaja así que firmé al comprender.

Sentí mucha curiosidad por saber lo que había dentro así que lo abrí "oh dios" era un anillo hermoso, tenia pedrería alrededor, su diseño era hermoso y la piedra morada era perfecta, ni muy grande y tampoco pequeña. "como supo que era mi color favorito"

Al llegar al restaurante, me sentí nerviosa porque era muy, pero muy lujoso, todos los que estaban en el lugar se notaba a simple vista que eran personas importantes.

—¿Le ayudo en algo señorita?, si busca empleo por el momento...

"¿Qué?"

—El señor Clark me esta esperando.

—Ah, la señorita Maya Romero. —asiento nerviosa con una sonrisa —¿Puedo ver su identificación?

Me di cuenta que no creía que yo fuera Maya Romero, no mala gana, le mostré mi identificación, me mira a mi y luego a la identificación, como si tuviera alguna enfermedad, me mantiene lejos de él mientras lo sigo

Al ver a mi jefe se da cuenta que la demora fue porque no estoy vestida para la ocasión, pero que podría hacer, no sabia que la invitación a cenar era en un lugar tan caro, pensé que iríamos a algún lugar de los cuales yo... "maldición, como se me ocurre pensar que alguien como él iría a sitios como los que yo frecuento"

—Yo... no sabia que la invitación era un sitio como este. Lo siento.

—Descuida, yo tampoco tuve tiempo de cambiarme. —se toma muy bien la situación —¿Pedimos?.

La verdad pensé que seria incomodo estar con él ya que es mi jefe, pero en realidad no es así, fue como si nos conociéramos desde hace años, fue agradable, hacia mucho que no me reía como lo hice esta noche.

—Lindo anillo.

"pensé que no notaria que lo traía puesto"

—Fue un lindo regalo, me gustó mucho, se lo agradezco.

Su sonrisa se borra.

—Perdón.. ¿a que te refieres?

—El anillo... Usted me lo obsequió antes de venir aquí.

—Yo... lo siento pero no he enviado nada, aunque me hubiera gustado ser esa persona, pero no fui yo.

—¿Qué?

Estaba por decirle que dejara de bromear, pero el mismo hombre que me trajo hasta la mesa llegó y no estaba solo, me quedé petrificada al ver que Víctor estaba con él "¿Acaso me siguió?"

—Víctor... no sabía que estarías aquí.

—Bueno, solo vine por mi esposa para llevarla a casa. —mi rabia incrementa ya que seguramente habla de esa mujer, " quiere darme celos y lo está consiguiendo" lo ignoro al darle la espalda porque eso me dolió, tomó mi vino esperando que se largue—Mey, hay que irnos.

El vino se me fue chueco por la ganta, comencé a ahogarme y mi jefe reaccionando de inmediato me ayuda a no morir con la estupidez que acaba de decir.

—¿Yo tu esposa? ¡¡Te volviste loco?

—No.

El saca un documento y al tomarlo rápidamente palidecí completamente cuando veo que es un acta de matrimonio legal y estaba mi firma y la suya.

—¿Q–Qué?!!...

—¿Nos vamos?.

placer Ilicito Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon