Un amor como el fuego, ardiente pero destinado a extinguirse.
Dejo de ser la belleza de circasia a ser la sultana más poderosa.
Aquella que hizo a todos temblar y pedir perdón de rodillas.
Para el sultán Gaia era " una joya en el palacio"
Y para otr...
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Mahidevran bebía de su copa mientras observaba a las criadas en el harén festejar, a pesar de no recibir sus pagos a tiempo que Mahidevran les diera comida, dulces y telas las hizo felices.
—Sultana - Fidan se acercó a ella —Su Majestad fue en busca de Nükhet.
—Bien, espero que la encuentre muerta pronto, esos niños morirán una vez enterramos el pequeño y huesudo cadaver de Nükhet -Fidan asintió contenta.
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Nükhet se escondió detrás de unos matorrales, su respiración era acelerada y dolorosa y un pequeño dolor punzante se instalo en su vientre, sentía que moriria pronto.
—Mahidevran o Hürrem, una de las dos pagará -solto con enfado, las pisadas cada vez se escuchaban más cercas, correr en ese momento solo le daría más desventaja.
—Deben encontrar a la zorra circasiana - Nükhet bufo bajo, Mahidevran solía llamarla de aquella manera. —Si esta buena podemos utilizarla antes de matarla.
—Bastardos -murmuró y echo a correr nuevamente, no le importaba nada justo en aquel momento, correr hasta lastimarse era lo mejor.
—¡Ahí va! ¡Sigan la! -Nükhet aceleró su paso con más fuerza, su vientre pronto la hizo flaquear, no entendia el porque de su dolor, pero pronto aquello quedó de lado debido a un jalón de cabello, los hombres la tomaron y la tiraron al suelo en donde comenzaron a desgarrar la tela de su vestido.
