Un amor como el fuego, ardiente pero destinado a extinguirse.
Dejo de ser la belleza de circasia a ser la sultana más poderosa.
Aquella que hizo a todos temblar y pedir perdón de rodillas.
Para el sultán Gaia era " una joya en el palacio"
Y para otr...
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Gizem ingresó a sus aposentos, desde que se había convertido en criada de Kelebek sultan su vida había mejorado un poco, o dormía en el frío suelo con las demás mujeres del harem y en cambio dormía en una habitación continua a la de la sultana para servirla en cualquier hora de la noche.
—¿Qué es eso? - su compañera quien recogía su cama sonrió. —¿Por qué empacas?
—Me mudare de aposentos, esos baules son tuyos - la joven tomó sus cosas y salió, Gizem observo de forma extraña los baúles.
Al abrirlos observo las tiaras que anteriormente había visto en el tocador de la sultana, pudo ver unos bonitos vestidos y joyas que no merecía.
—¿Pero que es esto?
—Son tuyos - Kelebek la observaba desde la puerta con una sonrisa —No te atrevas a rechazarlos, todas recibieron regalos.
—Pero no recibieron tiaras y joyas - Kelebek sonrió.
—Entonces siéntete afortunada, no cualquiera recibe gracia - Kelebek se dio la vuelta y salió.
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