Capítulo 33 |Secreto de muerte

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Los días en que Mahşa y Rustem pasaban solos se volvieron más frecuentes, la excusa perfecta para algunos y una excusa tonta para otros.

Si bien la diferencia de edad era enorme, a Mahşa poco le importaba aquello, quería jugar con Rustem a como diera lugar.

Aquel día en especial había vestido sus mejores ropas, un vestido rosa pálido que hacía lucir su piel más blanca, de hombros desnudos y tan ligeros como las hojas, las mejillas ligeramente rojas y los labios com un tono suave para resaltar bien.

Aquel día no porto ninguna joya, con una fina capa camino hacia los establos en donde sucedían los encuentros.

—Rustem  - su voz sonó diferencia aquella vez, más madura, más seductora, el mayor al verla sonrió, sus ojos habían sido bendecidos por la belleza de aquella joven.

—Mi sultana ¿Qué quiere practicar hoy?

—Piernas - Rustem la miro sin entender, Mahşa se acercó peligrosamente a él y quito su capa dejando ver el hermoso vestido que hacía resaltar su cuerpo.

—No comprendo...

Mahşa se acercó más a él y quedando frente a frente acercó sus labios a los suyos.

—Ahora comprenderá  - Mahşa junto sus labios con los de Rustem.

El mayor pareció sorprendido por un momento pero luego tomó de la nuca a la joven y profundizó el beso.

La manos de Mahşa pasaron de estar en las mejillas de Rustem a buscar desesperadamente los botones de su ropa.

—No sultana - el trato de alejarla.

—Lo quiero y lo quiero ahora.

Rustem pareció pensarlo unos segundos y al ver la mirada decidida de la joven acepto, el segundo beso fue más profundo, pasional y caliente.

Rustem beso el cuello de Mahşa y la alzó haciendo que ella envolviera sus piernas al rededor de la cintura de él.

El mayor acaricio sus piernas y siguió besando sus dulces labios.

𝐔𝐧𝐚 𝐣𝐨𝐲𝐚 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨 | 𝐒𝐮𝐥𝐞𝐲𝐦𝐚𝐧 𝐈© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora