Capítulo 40|La furia de Nükhet

976 137 25
                                    

El ruido de cosas romperse había puesto al harén en alerta, Nükhet estaba fuera de si maldiciendo a todos en el palacio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El ruido de cosas romperse había puesto al harén en alerta, Nükhet estaba fuera de si maldiciendo a todos en el palacio.

—Sultana por favor - Nürhan trato de acercarse, Nükhet rompió en pedazos su espejo, la mesa y todo lo que se cruzara en su camino, debía de mitigar su irá de cualquier manera.

—Me entere de algo por Sumbul - Mahşa ingreso a la habitación —Firuze le decía cada que podía a su majestad que Reyhan no era su hija y que era hija del criado.

—Esa maldita zorra - Nükhet dejo de tirar los jarrones —¡La voy a matar! - Mahşah trato de acercarse.

—Váyase por favor - Nürhan se acercó —Déjela hacerlo, es una forma de no ir y gritarle al sultán, así no se hará más grande su odio.

—No dejes que se lastime - Mahşa miro por última vez a su madre y salió.

—¡La voy a matar! - Nükhet se dejo caer en el suelo, sus lágrimas salieron nuevamente y sus manos sangraban debido a varios trozos de vidrio.

—Sultana el şehzade Mehmet está aquí.

—¡No quiero ver a nadie! - soltó otro sollozo, Nürhan salió para negar el paso a Mehmet pero este simplemente ingreso.

—Sultana - Nükhet no le presto atendió y siguió golpeando el suelo sin importarle la sangre —Sultana por favor.

—Vete - Mehmet miro la puerta y se acercó a Nükhet a abrazarla.

—Por favor Cálmate  - Nükhet dejo de golpear el suelo y le miró, su abrazo había sido cálido y reconfortante —Se hará daño.

—Quiero morir, no soporto más este dolor - Mehmet asintió y limpio sus lágrimas —Mi hija no tenía culpa, ni Ümüt, mis hijos no... yo puedo pagar por mis errores no ellos.

—Ellos están juntos ahora... serán felices juntos, haremos justicia.

—No quiero justicia Mehmet, quiero venganza, quiero hacerlas llorar sangre y que de rodillas pidan perdón por lo que hicieron.

—Lo se - Mehmet acaricio su espalda, Nükhet se dejo consolar por el hasta que cayó dormida —La ayudaré... lo prometo.
























 lo prometo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐔𝐧𝐚 𝐣𝐨𝐲𝐚 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨 | 𝐒𝐮𝐥𝐞𝐲𝐦𝐚𝐧 𝐈© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora