Capítulo 35 |Desfavorecida

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Süleyman observo impaciente a Nükhet, la joven frente a él nunca dudaba, pero ese día parecía nerviosa y sus manos temblaban constantemente

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Süleyman observo impaciente a Nükhet, la joven frente a él nunca dudaba, pero ese día parecía nerviosa y sus manos temblaban constantemente.

—Dime que sucede Nükhet  -la menor tocó levemente su vientre y lo miro directamente a los ojos.

—Zeki... Zeki no quiere ser un príncipe  - Süleyman la miro.

—¿De que hablas? Nació para esto, es su deber.

—No Süleyman - Nükhet negó varias veces y se dirigió hacía el balcón — Zeki no quiere ser un hombre, no, es una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre.

Süleyman se escandalizó, pero Nükhet no lo dejo hablar.

—Mi hijo no quiere ser más un hombre, quiere ser una mujer, quiere vestir bonitos vestidos, usar las mejores joyas y sentirse bien consigo mismo, Süleyman si Zeki ha cometido un pecado estoy dispuesta a pagar por el, pero a mi hijo no le hagas daño.

Nükhet cayó de rodillas, Süleyman estaba en shockeado y no podía creer lo que escuchaba y la mujer que siempre se había mostrado fuerte ante él estaba siendo como un siervo recién nacido, temblaban constantemente y su voz sonaba quebrada.

—Repitelo.

—Lo que diga será lo mismo su majestad - incluso su forma de hablarle había cambiado —Yo he aceptado a mi hijo tal como es y como madre haré lo que él quiera.

—¡Repitelo! - Nükhet brinco en su lugar, se sentía mareada y asustada, no le temía a Süleyman pero en aquel momento incluso dudo de si misma.

—Zeki no quiere ser más un hombre - Süleyman tocó su pecho varias veces, no podía asimilar nada, pero sobre todo estaba sumamente enfadado. —Es nuestra hija Süleyman, una mujer, debes aceptarla tal y a como es, es Kelebek.

—Esto es un error, es un error Nükhet, el error más grande que tuve - Nükhet se escandalizó, lo comprendía en cierta medida, pero como madre jamás abandonaría a su hijo.

—Esto es un error, es un error Nükhet, el error más grande que tuve - Nükhet se escandalizó, lo comprendía en cierta medida, pero como madre jamás abandonaría a su hijo

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—Entonces yo también soy tu error, ella es mi hija, mi tesoro y jamás cambiará, sea hombre o mujer, ella puede ser lo que quiera, como madre jamás dejare de amarla.

𝐔𝐧𝐚 𝐣𝐨𝐲𝐚 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨 | 𝐒𝐮𝐥𝐞𝐲𝐦𝐚𝐧 𝐈© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora