12. [Reuniones]

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12. [Reuniones]

Adeline:

Los días habían pasado, después de mi accidente con Atlas, no lo volví a ver seguido, tan solo nos veíamos cuando Hernán llegaba a la casa, eso era pocas veces a la semana ya que casi no dormía allí.

Ya había iniciado mis clases de contabilidad, estaba tomando un técnico que me ayudaría a conocer mejor sobre el sistema contable, las clases eran presenciales y la universidad quedaba cerca de nuestra casa.

Por temas de incomodidad no matriculé en la misma universidad que Atlas, él no quería verme y yo tampoco quería incomodarlo a él.

Bastante había tenido de mí, había invadido su hogar y ahora teníamos que compartir todo; su casa, su papá y sus intereses porque ambos queríamos lograr la meta de graduarnos.

Mis días siguientes no fueron fáciles, casi no recordaba nada de mí formación académica y los primeros días del curso los sentí muy difíciles, no tenía preparación de nada y mi memoria no manejaba esos conocimientos.

« Nunca los había tenido retenidos »

Lo único que recordaba de la secundaria eran las clases de matemática y las odiaba, esa materia nunca fue mi fuerte.

Hernán habló conmigo la noche anterior, me había regalado un kit de tecnología muy avanzada, tenía una laptop, un celular y unos audífonos de último modelo, todo de primera calidad que probablemente valían igual o tal vez más que la granja de mis abuelos, el terreno era costoso pero estaba tan descuidado que perdió valor.

Gracias al cielo Hernán hizo modificaciones y en cada logro o construcción que levantaban, Hernán me mostraba las fotos de lo hermosa que se estaba volviendo esa tierra que era patrimonio de nuestra familia.

Hoy tenía una misión, ahora lo llamaba así, ya no eran citas casuales para demostrar el cariño que le tenía a mi esposo, ahora eran misiones por cumplir, ya sabía la metodología que tenía Hernán, era el marido perfecto ante la vista de todos y el amante lujurioso en la oscuridad, le encantaba pasar tiempo con sus gatitas.

Mi propósito de la noche era asistir a una fiesta con mi marido, una gran cena se inauguró por obtener un socio multimillonario que aportó una capital para la empresa sumamente grande, Hernán era el principal invitado ya que él fue el que trajo al cliente.

« Era muy bueno en los negocios »

« Pero era un pésimo marido »

Tomé una ducha rápida, estaba tan cansada porque hoy tuve clases y no me fue de la mejor manera, rápido me peiné el cabello y tomé un vestido negro con escote en los senos, la parte de arriba era transparente y el largo no era tan preciso, el vestido llegaba más arriba de mis rodillas, por una vez en mi vida no quería verme tan elegante, solo quería acabar la noche para poder dormir.

— Adeline ¿Estás lista cariño? — Hernán me llamó del otro lado de la puerta.

Salí del baño apresuradamente, entre más rápido nos fuéramos, más rápido podría volver y dormir por fin.

— Si, solo me falta el perfume — Tomé la botella de fragancia y me apliqué en mi cuello, el olor era fresco, adoraba los olores ligeros.

— Bien, te esperaré abajo — Después de que Hernán bajó, yo también lo seguí, cerré la puerta de la casa y entré al auto.

— ¿Atlas no va asistir? — Pregunté, mi hijastro no se veía por ningún lado.

— No, dijo que se quedaría con una chica.

Entre dos placeres © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora