30. [Pasiones ocultas +18]

780 10 0
                                    


30. [Pasiones ocultas +18]

Atlas:

La figura de Adeline estaba en mis sueños, una vez más agradecía a la inmensa suerte que siempre me acompañaba.

Adeline llegó a mi casa siendo la mujer de papá, odiaba imaginarme como el podía besarla y disfrutar del manjar que era su cuerpo; había sido muy suertudo al enterarme de que ella no lo quería, de que nunca quiso entregarse a alguien como él porque no causaba ningún efecto en su cuerpo.

Mi noche estaba siendo la mejor aventura que alguna vez pude experimentar, en la mañana cuando recibí mi título de medicina me odiaba internamente porque había una pieza que faltaba en mi corazón, sin ella me sentía vacío y tener la oportunidad de compartir una noche con Adeline era como ganarme la lotería.

« Me sentía afortunado de tenerla a mi lado»

« De ser ella la mujer de mis sueños »

Mi madrastra estaba nerviosa, mientras subíamos por el ascensor no dejaba de morderse el labio con desespero.

Ella estaba igual de ansiosa que yo, podía sentir el calor que dependía su piel con solo mirarla y aunque quería volver a besar su cuerpo desesperadamente; teníamos que llegar primero a la habitación.

Papá podía regresar en cualquier momento y no estaba listo para decirle toda la verdad, aún no podía confesarle que su mujer era la dueña de mis pensamientos, no me creía capaz de ver cómo destruía las ilusiones de mi madrastra.

« Era un cobarde »

« Un egoísta »

« Aún no estaba listo para dejarla ir »

« Ella era mía »

— Altas... — Habló Adeline una vez llegamos a la habitación, mis labios callaron sus palabras cuando intentó justificar sus nervios.

Era algo normal, teníamos tanto tiempo de no besarnos que hasta yo mismo dudaba de mi capacidad por complacerla.

— No voy a presionarte, no te traje a esta habitación con la intensión de follar; si estás lista lo haremos y si no...

— Sí quiero — Su cuerpo temblaba por la anticipación de saber que mis labios explorarían cada rincón de su cuerpo. — Es solo que te tengo una sorpresa y no puedo pensar con claridad en este momento.

— Dime qué tengo que hacer, lo haré sin dudar nena — Dije para calmarla, no quería que sintiera presión para que se desnudara cuando solo quería disfrutar el momento, lograr que ambos estuviéramos cómodos.

— Ve a la cama, saldré del baño en unos minutos — Asentí sonriendo, besé su cuello para luego alejarme de su personalidad tímida, amaba los efectos que mi cuerpo causaba en el suyo.

Esperé acostado en la cama, Adeline aún no salía y me pregunté por qué quería tener algo de privacidad antes de salir, ella era perfecta en todos los sentidos de la palabra; no quería que dudara de lo tentado que me sentía por probar sus labios de nuevo.

« Era mi adicción »

La puerta del baño se abrió, Adeline salió de este con un conjunto de lencería que casi logró darme un ataque al corazón; mi madrastra llevaba cubre pezones transparentes, minutos antes en la cena sospechaba que no llevaba sostén pero verla en vivo y directo solo avivó las tremendas ganas que tenía de comerla.

Sus largas piernas se acercaron a mí, aún tenía los tacones puestos, al ver mi cara de bobo por su atractivo; se dió la vuelta despacio para dejarme apreciar dos nalgas redondas, su tanga delgada se esforzaba por sostener tantos atributos, el tanga se perdía dentro de su apetitoso sexo y mi boca se hizo agua por sumergirse en su humedad.

Entre dos placeres © Where stories live. Discover now